Ucrania y los separatistas pro rusos parecían acercarse el jueves a un acuerdo para poner fin a cuatro meses de combates, al tiempo que el presidente ucraniano se reunía con los gobernantes de países de la OTAN en Gales.
El presidente Petro Poroshenko dijo que está dispuesto a ordenar el cese de fuego en el este el viernes si se firma un acuerdo de paz en las conversaciones en Minsk, Bielorrusia. Los rebeldes dijeron por su parte que estaban dispuestos a declarar la tregua el viernes si se llega a un acuerdo político para la región, donde la mayoría de la población es de habla rusa.
Poroshenko discutió un esbozo de acuerdo con el presidente ruso Vladimir Putin el miércoles y ambos se declararon optimistas sobre la posibilidad de alcanzarlo en Minsk.
Los líderes de la OTAN, que enfrentan conflictos en Ucrania, Siria e Irak, así como la terminación gradual de las operaciones en Afganistán, se reunieron en una cumbre de dos días en el sur de Gales. Antes de la reunión formal, Poroshenko tuvo un encuentro con el presidente estadounidense Barack Obama y gobernantes de las cuatro potencias europeas de la OTAN: el primer ministro británico David Cameron, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Francois Hollande y el premier italiano Matteo Renzi.
En las próximas horas Poroshenko preveía reunirse con jefes de estado o gobierno de los 28 miembros de la OTAN. La alianza ha dicho que el ingreso de Ucrania no está previsto para el futuro inmediato, pero se prevé que expresarán su apoyo al gobierno de Poroshenko y anunciarán un aumento de la ayuda no armamentista a las fuerzas armadas ucranianas.
En Moscú, el ministro del Exterior, Serguei Lavrov, advirtió que las declaraciones de funcionarios ucranianos de que Kiev pedirá su ingreso a la OTAN constituían un «intento flagrante para descarrilar las gestiones» en busca de una solución pacífica a los enfrentamientos.
Los separatistas prorrusos combaten a las fuerzas del gobierno en el este de Ucrania desde mediados de abril. La ONU calcula que unas 2.600 personas han muerto en el conflicto, y la OTAN sostiene que hay un millar de combatientes rusos en las filas rebeldes.
Los rebeldes han avanzado en las últimas dos semanas, al punto de abrir un nuevo frente sobre la costa del Mar de Azov. Se teme que traten de tomar Mariupol, un gran puerto de medio millón de habitantes en el intento de consolidar un corredor terrestre entre Rusia y Crimea, la península sobre el Mar Negro que Rusia se anexó en marzo.
Un periodista de AP vio tres vehículos militares en llamas el jueves en Berezove, una población en el camino principal de Maripul a Donetsk, la ciudad más grande en manos de los rebeldes. Los combatientes se desplazaban, posiblemente en el intento de tomar la ruta estratégica. Luego se alzaron columnas de humo en la aldea vecina de Olenivka, en una posible señal de que las fuerzas ucranianas trataban de recuperarla.