A las cuatro de la mañana salió Génesis Yulián Segovia Salcedo, de 23 años, de su hogar, ubicado en el sector tres, vereda dos de la Ruezga Norte. Iba al Hospitalito, en el centro de Barquisimeto, a someterse a una endoscopia porque desde hacía días se sentía mal. Sin embargo, no pudo llegar a su destino. Criminales acabaron con su vida de manera inesperada.
En el camino unos sujetos la interceptaron, la subieron hasta un cerro que queda por el lugar, específicamente en el sector La Vaquera de El Jebe, al lado de los rieles. Estando allí, presuntamente abusaron sexualmente de ella y luego la mataron de varias puñaladas.
A unos 25 metros del cadáver, al lado de los rieles, estaba su bolso y dentro de él su ropa interior junto a unos pantalones azules.
El cuerpo sin vida sólo vestía una blusa. Estaba descalza.
A las 07:30 am., uno de sus tres hermanos mayores la llamó y contestó un hombre quien rápidamente le cortó la llamada.
Los vecinos de la zona indicaron no haber escuchado gritos y se quejaron de la delincuencia desatada por el lugar pues, a su juicio, la oscuridad es uno de los grandes problemas de la comunidad. Los delincuentes aprovechan para cometer sus fechorías.
“Esto es una boca de lobo por lo cual no se ve patrullaje policial ni nada que se le asemeje. Seguramente, quienes cometieron el crimen fueron unos chamitos que se la pasan consumiendo droga por el lugar”, susurró uno de los habitantes quien se mantuvo en anonimato.
Lamentable
María de Salcedo, de 82 años y abuela de la ahora occisa, estaba incrédula ante lo ocurrido. Nunca imaginó perder a su nieta tan joven. “Era una niña muy buena, cantaba en la iglesia evangélica Rosa de Sarón”.
Mientras hacía el comentario, una jovencita de unos 10 años dejaba correr por sus mejillas lágrimas de tristeza, pues decía que era su amiga. Siempre jugaba con los más pequeños y los enseñaba a cantar porque era la directora del coro.
“Ella se había graduado como TSU en Contaduría en la Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco (Uptaeb) y ahora sacaba la licenciatura, a su vez trabajaba y estaba haciendo los preparativos para casarse con su novio”.
Segovia Salcedo era muy querida por donde habitaba junto a sus tíos, primos y abuela, pues sus padres residen en otro lugar.
“Era delgada, alta, pelo largo y liso. Bella por dentro y por fuera, lástima que exista tanta maldad. Esa muchacha ni se sentía”, comentó la tía, Miriam Peralta.
“Su abuela siempre le decía que era peligroso cuando regresaba tarde de la universidad o de la iglesia y ella le respondía que andaba con Dios… pero los demás andan con el otro”.
