Para el economista Antonio Smith Bravo, con posgrado en Economía de Finanzas en España y en Políticas Públicas en Alemania, el Gobierno venezolano está obligado a reducir el enorme déficit fiscal y con esta medida generar mayores ingresos.
Desde hace treinta años, advirtió, se ha recurrido a la vía de la devaluación. Precisó que una de las alternativas es aplicar la unificación del Sicad I y Sicad II, para llevar el dólar de 6,30 a 25 ó 30 bolívares por dólar.
Señaló que el Estado no cuenta con las divisas disponibles para importar y satisfacer la excesiva demanda que ha desencadenado la escasez de alimentos, autopartes, insumos para el aceite mineral de vehículos, cauchos y medicinas en su mayoría importados, debido a que para la producción nacional es imposible competir con el extranjero que le vende a 6,30.
Smith también opinó que otra salida a la crisis económica es aumentar la gasolina.
En este sentido explicó que es incomprensible e ilógico que el costo de producción de un barril de petróleo en Venezuela ronda los 15 dólares, mientras un litro de gasolina prácticamente se regala.
No obstante, asumió que si el precio de este combustible se eleva a 2,7 bolívares el litro, como lo plantea el Gobierno, representaría una pérdida del poder adquisitivo para los venezolanos.
También expuso que para reducir la brecha fiscal el Gobierno deberá aumentar la recaudación a través del incremento de impuestos, entre estos el débito bancario, y subir los servicios públicos, aunque ya lo hizo con la electricidad.
Deploró que se hable de un desembolso por concepto de divisas por el orden de más de 6 mil millones de dólares para el pago de intereses y cancelación de deuda, pero sin detenerse a pensar que las reservas líquidas del Banco Central de Venezuela están por debajo de esa astronómica cantidad, es decir, apenas alcanzan 2 mil millones de dólares.
Si esto ocurriera, el Gobierno tendría que refinanciar la deuda y el remedio sería peor que la enfermedad, sobre todo si paga la deuda externa con otra deuda externa, ya que estaría en juego la economía interna con las exigencias de condiciones por parte del país extranjero.
Recomendó que otra salida es proceder a la revisión de los rubros regulados para ajustar su precio, sin embargo, desestima que el Gobierno por razones ideológicas no libere los precios para incentivar la producción nacional, al considerar que pudieran constituir medidas impopulares.
Acotó la conveniencia de la implementación de una política restrictiva en el país para reducir el gasto fiscal y así poder financiar a Pdvsa.
Además, sostuvo, con este mecanismo se podrá incentivar la producción para bajar la inflación registrada de más de 60%, una de la tercera más alta del mundo.