La declaración conjunta ofrecida a EL IMPULSO por Carmelo Cortez, presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto (FVB) y Jorge Hernández, presidente de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) y propietario de Guaros de Lara, desde Sevilla, España, tras participar en el Congreso Mundial de FIBA, da a entender que comienzan a unirse criterios en cuanto a la visión que se tiene del futuro de la disciplina en el país.
A poco menos de un año desde que la FVB le expuso a la junta directiva de LPB en Barquisimeto su proyecto denominado Plan Visión 2020, los logros de la selecciones nacionales de mayores a nivel suramericano con oro en masculino y bronce en femenino y pases a los Juegos Panamericanos y los Preolímpicos FIBA Américas, amén del acercamiento de equipos de LPB a la Liga Nacional (LNB) para inscribir filiales y el apoyo de Guaros a las selecciones nacionales U15 son elementos que permiten consolidar ese acercamiento.
Cortez y Hernández constataron en conjunto las exigencias y retos que FIBA se plantea, con el cambio del sistema clasificatorio a mundiales y de comercialización de la disciplina a nivel de selecciones a partir de 2017 con miras al Mundial FIBA de 2019, modificaciones puntuales al reglamento FIBA y especialmente cambios en el calendario internacional de los clubes para ajustar sus ligas a las “ventanas FIBA”, que tal como las fechas FIFA del fútbol, paralizarán al planeta para que la atención se centre en los quintetos nacionales.
La LPB, más allá de determinar el número de importados, la cantidad de encuentros a disputar por torneo o sistemas de round robin, primero debe comprometerse a enviar siempre al campeón y el subcampeón a la Liga de las Américas FIBA y la Liga Sudamericana, además de, a la larga, extender su calendario al menos a ocho meses, reducir el número de juegos por semana y trabajar de la mano con la FVB para entregar, con tiempo suficiente, a aquellos jugadores que sean convocados a la selección nacional. Aunque haya plazo hasta 2017, lo que pueda hacerse antes es vital.
El contacto directo con autoridades de FIBA Mundo y voltear la mirada hacia las categorías formativas y el baloncesto femenino son todos puntos muy positivos.