Cuando Barquisimeto se apresta a celebrar los 462 años de su fundación, un recorrido por algunas de sus calles y avenidas permite determinar el progresivo abandono al cual ha estado sometida.
En todas las zonas, centro, norte, sur, este u oeste, la vialidad deja mucho que desear, en algunos casos al extremo, señal de que en mucho tiempo los encargados de sus mantenimientos no han cumplido con sus funciones.
El alcalde Alfredo Ramos ha hecho anuncios optimistas sobre la recuperación de los tramos más concurridos, en especial aquellos utilizados por el transporte colectivo urbano, pero, al parecer, no cuenta con los recursos necesarios para sus operativos de asfalto.
“Esto como que no lo arregla nadie porque ya han pasado algunos meses de las nuevas autoridades municipales y sólo vemos algo en las avenidas”, dijo Leonidas Lucena, un comerciante de la carrera 21.
La realidad es que la carrera 21 es una de las arterias viales más desasistidas de la ciudad, a pesar de que se trata de un sector comercial con mucho movimiento peatonal, donde se desplazan varias rutas del transporte colectivo.
El comerciante puso como ejemplo el sector entre las calles 30 y 31, donde cuando llueve se convierte en una inmensa laguna imposible de ser cruzada.
Lo mismo ocurre con la carrera 24, entre 42 y 45, al lado del Terminal de Pasajeros, reasfaltada hace poco tiempo, pero que ya presenta una serie de huecos cada día más amplios y profundos.
En el oeste, la avenida Los Horcones es otra prueba del poco cariño que algunos gobernantes han tenido hacia la ciudad.
Prácticamente la capa asfáltica ha desaparecido, siendo sustituida por huecos y zanjas que han provocado unos cuantos accidentes.
También el acceso a La Lagunita, en el este, desde la subida de Santa Rosa, fue dejado intransitable por una cuadrilla al servicio de Hidrolara.
Los habitantes de la ciudad esperan que desde la alcaldía se recupere toda la vialidad, no sólo las avenidas emblemáticas.
