Los vecinos, las personas que integran la comunidad son los principales cómplices del maltrato infantil, porque se hacen la vista gorda y no denuncian lo que está pasando con algunos infantes.
Indira Suárez, coordinadora del Consejo de Protección de Niños y Adolescentes de Iribarren (CPNAI), indica que el maltrato en los niños es bien conocido por los vecinos, sobre todo cuando es verbal, porque lo ven en las calles y escuchan los gritos de los padres. Cuando es físico algunos pequeños presentan hematomas, pero quienes ven prefieren callar ante la situación, alegando temor a represalias por parte de los agresores, ya que suelen ser personas con malas conductas.
Suárez informa que de 15 a 30 denuncias diarias reciben en el CPNAI, de las cuales en su mayoría pasan al Ministerio Público, en vista de que ya se ha consumado un delito, en el caso las agresiones físicas, casi siempre cometidas por los propios padres.
Los denunciantes suelen ser la misma familia o los maestros, son los que más se atreven a hablar. La coordinadora del CPNAI hace un llamado a las personas para que denuncien porque como institución no pueden hacer nada si no conocen los maltratos. La denuncia puede ser anónima.
Suárez explica que dentro del sistema de protección del niño, los consejos comunales forman parte de ese trabajo, y se ve poca actuación de su parte e inclusive muchos no cuentan con el vocero de protección al menor.
Por otra parte Mireya Vivas, directora del Servicio de Atención Integral a la Niña, Niño y Adolescente (Saina) enfatiza que en el artículo 91 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), expresa que todas las personas tienen el deber y derecho de denunciar ante las autoridades competentes los casos de amenazas y violaciones de los derechos de los infantes.
Mientras que el artículo 275 de la Lopnna contempla que quien conozca de un hecho en el que haya sido víctima de malos tratos un niño, niña o adolescente, y no hiciera la denuncia inmediatamente, será penado con prisión de tres meses a un año.
Vivas explica que más que realizar una denuncia por obligación, debería ser por una justicia divina, para que aquellos maltratos a esos niños no queden impunes.
La profesora además manifiesta que al actuar de forma temprana y tomar medidas para cesar esos maltratos o rescatar esos hogares, se puede impedir que a futuro sean adolescentes que salen a delinquir, porque los muchachos que por lo general toman las calles vienen de hogares disfuncionales o donde han sido sometidos a abusos, de allí la insistencia en la denuncia a tiempo.