“Un estudio de la Universidad Johns Hopkins ubica a Venezuela en el primer lugar en el índice de miseria debido a sus altos puntos de inflación y desempleo.” (EL IMPULSO
25/08/2014).
Nunca podremos hablar de justicia social ni de democracia en nuestro país, mientras existan barrios, caseríos y pueblos sin agua, sin luz, sin cloacas, sin drenajes, sin vías, sin transporte, sin viviendas dignas, sin un sistema de salud adecuado, sin salubridad urbana, sin comida. Estas son carencias que agudizan la precariedad de las condiciones de vida de los venezolanos para enterrarnos en una miseria oscura como producto final del fanatismo ideológico más letal jamás visto en nuestra vida republicana.
La ruina nacional derivada de la desidia, la improvisación y el ejercicio inmoral de la “ingeniería” importada, nos presenta un preocupante cuadro de destrucción que va desde nuestra empresa petrolera y principal fuente de divisas, pasando por la crisis de las fuentes de abastecimiento de agua potable (embalses), líneas de aducción, plantas de tratamientos, tuberías de distribución, redes cloacales, sistema eléctrico nacional, vialidad, escuelas, hospitales y edificaciones publicas en general. Sin mencionar las empresas de producción agrícola confiscadas y quebradas, aunado a los millones de hectáreas productivas arruinadas. Es a partir de este dantesco cuadro desde donde nace el inmenso compromiso de relanzar nuestra profesión de cara a las próximas elecciones del Colegio de Ingenieros de Venezuela. Toda obra humana está concebida a partir de un sueño y una ecuación matemática que le da vida bajo patrones de diseño que nos llevan al progreso. Literalmente hablando, nosotros construimos el mundo…
Cuando le llevamos el agua y las cloacas a un ranchito, o la luz a un caserío. Cuando construimos la escuela de un barrio. Cuando diseñamos hospitales, viviendas y edificios, entonces la Ingeniería se hace lírica para colocarse al servicio de los que menos tienen. Nuestro compromiso profesional va mucho más allá del recinto gremial, para salir al encuentro de axiomas existenciales básicos para la sobrevivencia de la patria. En ese orden de los hechos, se hace obligante rescatar la ética y la vocación social del ingeniero para recuperar la fe popular en nuestra democracia. Sobre nuestros hombros descansa la mayor responsabilidad histórica para la reconstrucción nacional.
El ejercicio ético de la ingeniería y la arquitectura se hace poesía en el rostro del hombre humilde agradecido porque le resolvimos su problema comunitario. La carga social de nuestra profesión es altísima, nuestra presencia en la sociedad moderna es determinante. Asumamos el reto…
Mis comentarios:
.- El próximo 3 de octubre tenemos elecciones en el Colegio de Ingenieros de Venezuela.
.- La plancha 7 del Movimiento de Unidad Gremial, a nivel nacional y regional representa ese proceso de cambio social del país que nace…
.- En Lara, Damián López, Julio Gutiérrez, Alejandro Yepez, Carlos Lozada, Glorys Alvarez, Rafael Peña y Raúl Montezuma, de la Plancha 7, son colegas con profunda vocación social que merecen nuestro voto.
.- A nivel nacional Enzo Betancourt, Ramón López, José G. Chacón y Alfonso Gutiérrez, de la Plancha 7, tienen la experiencia y el compromiso democrático.
.- Por el orgullo de ser ingenieros: Vota 7…
León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre…(Proverbios:28-15)
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Pido la palabra – Justicia social…e Ingeniería
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