Javier Roberti: Pasión en dos ruedas

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Debatiéndose entre el toque de locura que debe tener quien se atreva a desafiar la velocidad, y la madurez que implica enfrentar la vida andando a toda máquina, este grande del motocross nacional lleva sobre su espalda el número 20, representando nuestro tricolor más allá de las fronteras y llenando de orgullo a estas tierras crepusculares que lo vieron nacer

Para Javier, el motocross nunca fue una fiebre pasajera ni mucho menos un hobby, pues a pesar de la corta edad en la que empezó, el simple hecho de subirse a una moto despertaba en él sensaciones inimaginadas, permitiéndole a la adrenalina recorrerle el cuerpo a toda marcha y dándole rienda suelta a una ansiedad que sólo se calmaba cuando su caballo de acero comenzaba a andar.

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Todo empezó en el 2002, cuando recibió un regalo que casi de inmediato se convertiría en el primer amor de su vida, en su juguete preferido, en su vehículo más preciado. “Cuando cumplí 12 años, mi papá me regaló una moto de dos ruedas con los uniformes y todo, pero como a él no le gustaba que anduviese en la calle, comenzó a llevarme a la pista para que practicara allí. A partir de ese momento, le empecé a tomar amor al deporte y decidí entrenar con más constancia y dedicación”.

Hoy, después de tantos años, recuerda la inmensa felicidad que aquel obsequio produjo en él y las emociones que poco a poco fueron despertando al piloto que vivía silente en su interior, ese que sin mucho pensarlo, tomó la determinación de dedicarse al motocroos en alma, cuerpo y corazón.

Y así, tras una década de prácticas y esfuerzos, rememora con nostalgia aquella primera carrera en la que se atrevió a participar con tan sólo una semana de experiencia, armado con el valor que le daban sus insaciables ganas de triunfar y cargando como amuleto la bendición de su papá, quien para aquel entonces ya se había convertido en parte esencial de su “team”.

De triunfos y trayectoria

• En el 2002 fue su primera temporada y, a pesar de la falta de experiencia, logró posicionarse entre los primeros 10 puestos a nivel nacional.

• En el 2003, obtuvo sus primeros triunfos y, aunque sufrió una fractura, salió victorioso de varias carreras del campeonato.

• En el 2004, ya estaba un poco pasado de estatura y peso para la moto 85cc que tenía, por lo que subió a la categoría “Adulto” con tan sólo 14 años.

• En el 2005, Javier y su equipo estaban punteando en la categoría “125cc Novato” y, a pesar de sufrir una fractura de tibia y peroné, conquistó el 4º lugar en la temporada.

• En el 2006, se sentía tan preparado que ascendió a la categoría “Experto Nacional” y corrió con una moto 250cc cuatro tiempos.

• Tras sufrir varias fracturas y muchos golpes, decidió retirarse por unos cuantos años, hasta que en el 2010 se compró una moto nueva y retomó sus entrenamientos.

• En el 2011, se enriqueció en aprendizajes y corrió su primer campeonato en la categoría “MX2 Experto Nacional”.

• En el 2012, escaló a la categoría 450cc, “MX1 Experto Nacional”, ubicándose de número sexto en la tabla final del campeonato.

• En el 2013, afrontó una competencia muy fuerte que ameritó grandes esfuerzos de su parte. En la primera válida quedó de número 4, en la segunda y tercera logró subir al podio de los ganadores y en la quinta válida obtuvo el primer puesto.

• Ese mismo año, fue invitado a participar en varios eventos en Estados Unidos y corrió en los campeonatos americanos Gold Cup y Winter AMA Series.

• En el 2014, comenzó punteando en el campeonato, enfrentándose a una fuerte lucha contra varios pilotos reconocidos de diferentes rincones del país, ubicándose entre los primeros lugares y firmemente convencido de que logrará conquistar la posición número uno en el Campeonato Nacional de Motocross de la Federación Motociclística Venezolana.

En número 20 en detalles

Háblanos un poco de tu moto

Actualmente estoy corriendo con una Kawasaki de 450cc, modelo KX450F. Es una moto excelente, increíble, cómoda y muy potente

¿Qué significa para ti?

Es mi cohete, mi juguete favorito

¿Qué te ha dado el motocross?

Mucha madurez y disciplina

¿Quiénes conforman tu equipo?

Este “team” es más grande y bastante bueno. Está conformado por mi papá, Iván y Alfredo González y nuestro mecánico Rómulo Abreu

¿Cómo se construye un profesional del motocross?

Con mucho entrenamiento, tiempo y dedicación. Practicando alternamente ciclismo y cultivando una mente de reacción rápida

¿Cuál ha sido tu mejor momento?

Mi carrera más destacada fue el año pasado en las Florida Winter Mini Olimpics, el segundo campeonato más importante de USA a nivel amateur

¿A quién admiras?

A Claudio Pérez, que en paz descanse, uno de los mejores pilotos a nivel nacional y a Iván González, un excelente corredor en cuanto a estilo y manejo. Internacionalmente, admiro a Ryan Villopoto y James Stewart

¿A quién le agradeces?

A mi familia por su apoyo incondicional y a todos los que de una u otra manera han estado siempre a mi lado

¿Qué fue lo que te enganchó del motocross?

La adrenalina, la velocidad, los saltos y las curvas

¿Qué representa el deporte para ti?

Para mí, el motocross es mucho más que un deporte, es pasión, vida y emoción. Si tuviese que definirlo en pocas palabra, diría que es la combinación perfecta entre madurez y locura

“Me decían El Gordito Sin Vicera, porque el día que aprendí a manejar la moto me caí y se me rompió el casco, pero como estaba demasiado emocionado seguí practicando así”

“Por falta de experiencia, no me fue muy bien la primera vez que corrí en un nacional, pero disfruté muchísimo la carrera y fue un incentivo para seguir entrenando duro”

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