Rabia, impotencia e indignación sintieron más de 50 personas que se encontraban en su mayoría desde las tres de la madrugada, en las afueras del Saime, oficina ubicada en la calle 26 entre carreras 17 y 18, luego de enterarse que no serían atendidos la mañana de este jueves.
Entre lágrimas, una señora de aproximadamente sesenta años que no quiso ser identificada, expresó que ha sido “peloteada de una sede a otra”, que tiene más de tres meses madrugando, esperando largas horas de pie, mojándose por la lluvia o a veces insolada por el inclemente sol, de un lugar a otro, tratando de renovar su cédula la cual está vencida y le ha sido imposible. Las razones varían. En unas sedes le indicaron que no tenían material, en otras, que sólo atenderían las solicitudes de los niños, o en el peor de los casos, el material no alcanzó para el total de los allí presentes.
“No es posible que se sufra tanto para solicitar un simple documento”, indicó. Cabe destacar que la misma situación se podía escuchar entre los comentarios de las personas que se encontraban en el lugar. Casi todos coincidían en las mismas penurias que han debido pasar en el intento de sacar por primera vez o renovar su documento de identidad.