Ante la gravedad y profundización de la crisis económica del país, Fedecámaras emplaza al Gobierno a tomar las medidas que hacen falta, a reactivar las mesas de diálogo y rechaza la aplicación de la captahuellas, por cuanto califica como “humillante” que se limite a los usuarios sus compras, por lo cual “pidió excusas al pueblo” si tienen que implementar esta medida.
Jorge Roig, presidente del organismo, acompañado del primer vicepresidente, Francisco Martínez y del segundo vicepresidente, Carlos Larrazábal, llamó al Presidente a tomar las medidas que permitan trabajar a todos los empresarios venezolanos para satisfacer los bienes y necesidades que tiene este país.
Indicó que en los últimos meses se ha venido agudizando la crisis, Venezuela tiene los índices de inflación más elevados de América Latina y del planeta, indicando que la inflación acumulada desde el 2003-2014 se eleva a 1.239% y a 2.277% en el rubro de alimentos, cifras sin precedentes en la historia de Venezuela en un período proporcionalmente corto.
Precisó que el desabastecimiento en algunos rubros alcanza al 90%, indicando que la Ley de Precios Justos ha incrementado la escasez, mientras el promedio está en 29%.
El presidente de Fedecámaras emplazó al directorio del Banco Central de Venezuela, a presentar las cifras oficiales sobre inflación, desabastecimiento y comportamiento del Producto Interno Bruto, señalando que cifras de los técnicos de la organización indican que en el primer semestre la caída del PIB fue de 4% y los subsectores más afectados, la manufactura (9%) y construcción (10%).
Señala que Fedecámaras condena el contrabando como una práctica reñida con la ética comercial, una de las causas del desabastecimiento, pero no la fundamental, que es la falta de producción nacional.
Advierte que Fedecámaras rechaza el uso de la captahuella como un instrumento que limita el acceso a los bienes y servicios de cualquier ciudadano y cualquier consumidor.
-Queremos en nombre del sector empresarial y de todos los comerciantes del país, pedir excusa a los venezolanos por someterlos a un humillante proceso de marcar la huella para comprar sus alimentos, en el caso de que seamos obligados a instalar esas máquinas le pedimos excusas al país, porque se trata de un proceso indignante que solo tiene un parangón en la tarjeta de racionamiento de Cuba, el sector empresarial rechaza eso y pide excusas a los consumidores, dijo Roig.