Aveledo, por favor vuelve

Lo llamaré sólo Ramón Guillermo, somos barquisimetanos de la misma generación y amigos de muchos años. Han pasado ya varias semanas desde que Ramón Guillermo anunció su retiro de la secretaría ejecutiva de la MUD. Me sentí frustrado con la noticia.Pero ya la asimilé. He leído, sino todo, la mayor parte de lo que se ha escrito sobre ese lamentable retiro y no me cabe duda,como siempre lo pensé, que el balance es altamente positivo y quizá por eso es más grande mi frustración.
Ramón Guillermo hizo una gran labor. Respeto las razones que tuvo para  retirarse, sé que esos cargos son cargas pesadas,  que si bien producensatisfacciones, triunfos y alegrías, también producen angustias, tristezas, derrotas y duros sacrificios.En una Venezuela donde la política se ha convertido en un sorteo de vanidades y ambiciones, de trampas y engaños, de complicidades y agresiones personales, de intolerancias y hegemonías, donde se cae en lo chabacano y soez y donde impera un sub mundo de corrupción, Ramón Guillermo dio al país entero durante estos cinco años, una lecciónde caballerosidad, de desprendimiento, de equilibrio, de ponderación,  de altura, de pulcritud personal, de respeto al adversario, de  principios y valores, de hombre justo y cabal. Imposible olvidar el contraste entre quienes representaron al gobierno y quienes lo hicieron por la oposición, en el único debate del supuesto diálogo, y allí uno de los más destacados fue Ramón Guillermo. Cuando se anunció la constitución de la MUD y el nombramiento de Ramón Guillermo, pensé que mejor escogencia no podía haber. Es el hombre ad hoc para esa función. Pensé también que si la oposición desea transitar un camino civilizado, constitucional, pacífico, democrático para derrotar al gobierno, el mejor hombre para coordinarla es Ramón Guillermo. Para una cosa distinta,el coordinador nunca será Ramón Guillermo.
Siempre habrá desacuerdos con lo que ahora expreso, pero la mayoría ha visto una gran faena en la conducción de Ramón Guillermo,quien ha merecido el reconocimiento general.Tengo la mejor opinión,  lo he expresado muchas veces, sobre Capriles, Ledezma, Leopoldo y María Corina (en estricto orden alfabético), todos con sobrados méritos por los sacrificios y esfuerzos realizados, pero en todos ellos subyace la legítima aspiración de coronar una carrera política. En el caso de Ramón Guillermo no es así y esa es su grandeza. Lo ha movido sólo el servicio al país. Sustituirlo no es fácil, no se ha conseguido a nadie, y más que como petición, lo digo como aspiración de muchos, Ramón Guillermo, por favor vuelve.