La resaca de los premios Emmy era particularmente fuerte el martes para la colombiana Sofía Vergara: su exhibición en una plataforma que giró 360º para que el público apreciara su curvilínea figura desde todos los ángulos era objeto de indignación y acusaciones de sexismo.
La estrella de «Modern Family» por primera vez no estuvo nominada a mejor actriz de reparto por su papel de la explosiva Gloria, pero de todos modos dio de qué hablar cuando acudió al escenario y se subió a una plataforma giratoria mientras el presidente de la Academia de las Artes y Televisión, Bruce Rosenblun, daba un discurso.
Las palabras del ejecutivo difícilmente fueron escuchadas por el espectadores, atentos a la despampanante figura de la ex modelo, envuelta en un ceñido vestido de Roberto Cavalli de corte sirena, blanco con detalles plateados y de generoso escote.
«Garantizamos nuestro éxito cautivando siempre al espectador», bromeó Rosenblun, mientras la actriz balanceaba las caderas en el momento en que éstas apuntaban al público.
La escena parecía fuera de lugar en tiempos en que las mujeres han conseguido brillar con luz propia con papeles de personas inteligentes y complejas –fenómeno antes poco visto en la televisión–, como es el caso de Kerry Washington (Scandal), Julianna Margulies (The Good Wife), Robin Wright (House of Cards) o incluso Julia Louis-Dreyfus (Veep) en el lado de la comedia.
De hecho, Margulies se refirió a este respetuoso cambio en el rol de sus congéneres cuando recibió su premio a mejor actriz dramática: «¡Qué tiempos más maravillosos para las mujeres en la televisión!», exclamó.
Por eso el chiste de Vergara, que habría pasado desapercibido en un programa de variedades de una década atrás, fue considerado de tan mal gusto.
«¡Puah!», escribió el martes Sarah Larson en la prestigiosa revista cultural The New Yorker. En su artículo, la crítica de televisión acusó la 66a ceremonia de los premios Emmy en Los Ángeles de «repulsiva» y de haber estado dominada por «hombres blancos».
«Un giro preocupante», escribió el diario en línea Huffington Post. «Literalmente, la trataron como una mujer-objeto», indicó de su lado la revista Jezebel. «Ese extraño momento de los Emmy en que Sofía Vergara se convirtió en un objeto», tituló la revista estadounidense Salon, denunciando el aún omnipresente sexismo.
En Twitter también llovían críticas de los espectadores, que señalaban el episodio como «la gota que desbordó el vaso» o una «utilización alucinante de Sofía Vergara».
En el otro espectro del universo sexista, el humorista político Stephen Colbert justo acababa de agradecer su premio a mejor programa de variedades disculpándose con el público por tener a una sola mujer en su equipo de autores.
En la noche de los premios, en la sala de prensa del teatro Nokia, Vergara dijo a periodistas que tales acusaciones eran «ridículas» y que la broma, en lugar de ser sexista, significaba que «alguien puede ser guapo y al mismo tiempo ser divertido y reírse de sí mismo».
La serie –responsable de elevar a Vergara al estrellato de Hollywood y por ende a convertirse en noticia por sus criticados pedestales giratorios– ganó tres Emmys en total: Mejor comedia, Mejor actor de reparto para Ty Burrell y mejor director para Gail Mancuso.