Las puertas del mercado latino en Estados Unidos se han abierto para el cantautor venezolano Julio César, quien inició una fuerte promoción que lo ha llevado por los principales medios de comunicación para presentar Todo empieza soñando, su segunda producción discográfica.
Grabado en Miami bajo la producción del laureado venezolano Yasmil Marrufo, el nuevo disco de Julio César es, sin ánimos de presumir, una verdadera obra que fusiona diferentes manifestaciones artísticas: su pluma, la instrumentación de reconocidos músicos, y las ilustraciones que convierten la edición en físico, en un trabajo digno de ser nominado a los Grammy Latinos, entre otras importantes premiaciones de la industria musical.
Son 11 canciones escritas por el mismo intérprete, algunas de ellas a cuatro manos con otros importantes músicos como el nicaragüense Luis Enrique, el venezolano Jorge Luis Chacín, el cubano canadiense Alex Cuba, y el mismo Yasmil Marrufo.
Junto a músicos de alta factura, Julio César grabó el disco durante los primeros meses de este 2014, tiempo de creciente conflicto en Venezuela, situación con la cual quiso solidarizarse, al dedicar su humilde ramo de canciones a la memoria de todos aquellos que han perdido la vida en su país, víctimas del hampa y de los enfrentamientos.
Su llamado a la paz se deja ver, incluso, en el diseño de empaque del disco. La ilustración principal realizada por el artista colombiano Hache Olguín, muestra al cantautor con guitarra en mano y, sobre él, un avión que bombardea notas musicales. Y es que hablando de sueños, el artista apuesta por un mundo de más respeto y menos conflicto, de más discos y menos armas.
El artista, tal y como refleja su página web, es certificado como compositor por la Academia Latina de los Grammy, recibiendo su séptimo y octavo diploma respectivamente; esta vez por dos de sus canciones incluidas en el álbum «Escultura» de la agrupación venezolana Guaco; nominados como mejor álbum del año en la edición de noviembre.
