San Francisco es la capital de la parroquia Montes de Oca, del municipio Torres, y sus casi 5 mil habitantes no se cansan de quejarse por la poca o nula atención recibida por parte de los organismos oficiales, Alcaldía, Gobernación o Gobierno Nacional.
Para comenzar, recorrer los 30 kilómetros, aproximadamente, desde el sector La Coposa, carretera Lara-Zulia, hasta la población, pasando por El Escobal, El Combate, La Mamita y San Pedro Caliente, representa todo un sacrificio por el mal estado en que se encuentra la vía.
“A esto nunca le han hecho un cariñito y nosotros que pasamos diariamente sabemos lo que eso representa porque los carros se nos echan a perder a cada rato, sobre todo el tren delantero”, dijo el conductor de una de las unidades del transporte colectivo.
Pero si la vía constituye un problema para los habitantes de San Francisco, mayor es el de la falta de agua, algo que ha venido denunciando insistentemente la luchadora social y concejal suplente Nevesca Gutiérrez.
Afirma que la falta de agua en San Francisco, como también en La Mamita, es viejo, pero a partir de enero se agravó, y en la actualidad es toda una tragedia porque el embalse del que se surtían para algunas necesidades se secó con el intenso verano.
Dijo que vehículos de todo tipo han sido convertidos en transporte del líquido vital, pero las familias deben pagar hasta 60 bolívares por cada pipa, y para algunos se trata de un gasto muy fuerte.
Nevesca agregó que desde la alcaldía de Torres hacen operativos para paliar un poco la situación, “pero la gente de Hidrolara no se conduele de nosotros como para mandarnos unos cisternas, aunque sea de vez en cuando”.
“Ya ni las cabras tienen agua porque la represa se secó totalmente y los pobres animales andan por ahí buscando cualquier charquito donde beber algo”, manifestó.
¿Y el gobernador no les ha visitado durante sus madrugonazos?
Lamentablemente no, respondió; él estuvo por aquí hace como dos años, pero sus asesores como que le borraron el nombre de San Francisco de la planificación de sus recorridos. Y debe venir para que se dé cuenta de lo que es un pueblo abandonado. Lo esperamos para que nos ayude algo, afirmó. Pero los problemas o necesidades de San Francisco no se limitan a la falta de agua o de carretera, como lo señala Genaro Leal Pernalete, “Pocho”.
Refiere que el ambulatorio también está desasistido porque carece de insumos, de médico fijo y actualmente de ambulancia porque la que tienen asignada está parada por defectos en el motor y el pueblo carece de recursos para mandar a arreglarla.
Sólo dependen de la enfermera para que les atienda en una emergencia.
Los ancianos deben invertir en medicinas lo que cobran por pensiones, quienes las tienen, porque la mayoría no ha sido beneficiado pese a haber introducido los documentos requeridos.
En San Francisco tampoco tienen policía, aunque, afortunadamente, aún es un pueblo sano y sus habitantes se unen para darse seguridad unos a otros.
Algo que también están esperando es la terminación de la iglesia católica, cuya construcción se inició cuando Luis Reyes Reyes era gobernador, como lo indica la valla que los vecinos no han quitado.
Esperan que el hoy presidente de Corpolara, que maneja recursos, se acuerde de la promesa que les hizo hace unos cuantos años de construirles la iglesia.