El presidente venezolano Nicolás Maduro establecerá un control biométrico a través de las huellas digitales en todos los establecimientos comerciales del país para limitar la compra frecuente de productos.
Maduro anunció la noche del miércoles, en una cadena de radio y televisión, que ordenó la implementación del «sistema biométrico en todos los establecimientos y redes de las cadenas distribuidoras y comerciales». El mandatario explicó que el sistema que se aplicará será similar al mecanismo de captahuellas o dispositivo lector de huellas digitales que se viene utilizando en el país desde hace varios años en los procesos electorales para la identificación de los votantes.
Las autoridades tienen previsto instaurar el sistema biométrico este año para limitar las compras masivas de alimentos y otros productos básicos que están bajo control de precios desde hace once años y que suelen escasear o son sacados del país por la vía del contrabando.
El anunció generó rechazo entre los opositores que afirmaron que la regulación busca racionar la venta de alimentos ante la caída de la producción generada por la falta de materias primas e insumos.
El líder opositor Henrique Capriles afirmó el miércoles que el sistema biométrico será una «tarjeta de racionamiento» que representará «más trabas» y «menos soluciones» para la población.
«Vienen a hablar de abastecimiento cuando la producción nacional está paralizada», dijo Capriles en su cuenta de Twitter al asegurar que el nuevo sistema no logrará solucionar el problema de la escasez en el país.
El gobierno sostiene que el desabastecimiento de productos es generado en gran medida por el contrabando. Las autoridades aseguran que cerca de 40% de los productos básicos son sacados ilegalmente del país.
Desde 2006 los venezolanos vienen enfrentando dificultades de abastecimiento, pero en los últimos meses la escasez se ha agudizado debido a que el gobierno redujo la venta de divisas oficiales, lo que le ha impedido a muchas empresas comprar en el exterior materias primas, repuestos y equipos, afectando sus actividades de producción.
Aunque el Banco Central de Venezuela tiene varios meses sin publicar el indicador de escasez, al igual que la tasa de inflación, algunos analistas han estimado que el desabastecimiento está en niveles históricos.