Los productores de caña de azúcar del estado Lara, como los del resto del país, no tienen apoyo oficial para poder recuperar sus siembras afectadas por el prolongado verano, y si eso no se les asegura continuará reduciéndose la producción y, necesariamente, incrementándose las importaciones.
En eso coinciden los ingenieros Jairo Mora, del central Carora, y Armando Suárez y José Carrasco, del central La Pastora, ambos del municipio Torres, igual que Ricardo Álvarez y Jorge Pichardo, de Socatorres.
Mora refiere que el 80% de las áreas de producción del central Carora dependen de represas o lagunas que se nutren de las lluvias, las cuales son utilizadas en el riego de las siembras, pero esos reservorios están actualmente secos, además de que las aguas subsuperficiales están muy profundas, lo que incide en los costos de perforación de pozos, algo que los cañicultores no están en condiciones de costear.
Puso como ejemplo el embalse de Puricaure, con capacidad de almacenamiento de 15 millones de metros cúbicos, que está totalmente seca y en iguales condiciones están La Berenjena, Los Arrendajos, La Oca, El Cucharal, Insegui, Campo Lindo y El Paraíso. Cerca está la de El Hermitaño, que almacena 30.500.000 metros cúbicos, nunca utilizada.
Armando Suárez, por su parte, explica que el central La Pastora se nutre con caña del Valle de Sicarigua y el de Bucare, cuyas siembras son netamente de riego producto de pozos perforados.
Pero para que se alimenten los acuíferos se requieren 600 milímetros de agua de lluvia y este año apenas han caído 175 milímetros.
Es tal la situación que pozos que daban 35 litros por segundo sólo producen 25 litros o menos, afectando la planificación de riego.
Además de la parte climatológico la cañicultura larense está afectada por la falta de insumos, repuestos, y financiamiento.
El presidente de Socatorres hizo un llamado al gobernador Falcón para que se reúna con los gremios y atienda la situación, porque se trata de un problema alimenticio.
Vaticina algo peor para el 2015, pues las lluvias atrasadas repercuten en los niveles de producción.
