El periodista estadounidense James Foley, muy apreciado por los reporteros con los que compartió en los puntos más peligrosos de Medio Oriente, luchó por contarle al mundo las historias de civiles atrapados en el caos de la guerra.
El reportero freelance de 40 años fue secuestrado en el norte de Siria en noviembre de 2012 y mantenido en cautiverio durante casi dos años por militantes yihadistas, pero ya había marcado las vidas de muchos.
Colegas de todo el mundo rindieron tributo el miércoles a la valentía, la compasión y el buen humor con que realizaba el trabajo que había elegido, arrojando luz sobre quienes se hallaban atrapados en la oscuridad de la guerra.
La periodista Daphne Benoit de la Agence France-Presse trabajó junto a Foley en la ciudad rebelde libia de Misrata en octubre de 2011, cubriendo los últimos y sangrientos días del régimen de Muamar Gadafi.
Un periodista tenaz
«Un noble muchacho, sus elaborados artículos siempre unidos a una sonrisa; era inseparable de otros dos periodistas freelance», dijo Benoit.
«Los tres fueron secuestrados en Brega por seguidores de Gadafi en abril (de 2011) y mantenidos en cautiverio durante un mes, pero eso no le impidió regresar a Libia para cubrir la caída final del régimen», comentó Benoit, quien se preguntó «¿por qué quería volver? James contestó con timidez pero con una sonrisa. Necesitaba contemplar el final de la historia».
«No era imprudente, simplemente era un periodista tenaz. Hacía lo correcto: en octubre de 2011 fue uno de los pocos periodistas en el terreno en Sirte que cubrió la captura y ejecución de Gadafi».
Una increíble humanidad
Los colegas y compañeros de cautiverio de Foley, la estadounidense Clare Morgana Gillis y el fotógrafo español Manu Brabo, se refirieron a su valentía y a su compañerismo durante su detención en Libia.
El cautiverio le dio a Foley tiempo para pensar, tal como les explicó a los estudiantes de la facultad de Periodismo de Medill tras su retorno.
«Cuando empiezas a asumir riesgos, cuando recibes alertas cercanas, realmente tienes que prestar atención», dijo. «Tu vida es más valiosa».
Pero cuando los estudiantes que querían convertirse en periodistas le preguntaron por qué había elegido trabajar en esas zonas, él explicaba: «Existe una increíble humanidad en esos lugares».
Sus colegas recuerdan el interés de Foley en el aspecto humano de los conflictos. El coordinador de video para Medio Oriente, Djilali Belaid, afirmó que el primer trabajo que hizo este periodista independiente para la AFP fueron imágenes tomadas en la provincia siria de Idlib.
«Imágenes de una estremecedora violencia contra la población civil bajo un diluvio de proyectiles de tanques», indicó Belaid, quien recordó el coraje de Foley y su disposición a estar en las primeras líneas del frente.
«Con su pequeña y discreta cámara, su casco y su chaleco antibalas, James Foley era capaz de deslizarse sobre las líneas del frente, donde a menudo se cruzaba con civiles que huían en dirección opuesta; a veces se ponía junto a ellos a resguardo de los bombardeos», agregó Belaid.
«Las imágenes que enviaba siempre hablaban por sí mismas, pero los correos electrónicos que las acompañaban siempre mencionaban los nombres de aquellos a los que entrevistaba e incluso los de quienes eran grabados después de haber muerto por las bombas.
«Para él no había víctimas anónimas, había convertido en un principio la búsqueda de sus nombres y de información sobre sus vidas».
El editor jefe de video de la AFP, Henri Bouvier, dijo que Foley capturó aquellos «momentos en que la humanidad se impone a la guerra, como durante un casamiento de un rebelde con un enfermera durante lo más oscuro de la noche en Alepo mientras las bombas caían a la distancia».
Las condolencias y los mensajes conmovedores se multiplicaron después de que Estado Islámico difundiera el martes un video que mostraba a un militante enmascarado que decapitaba a un hombre parecido a Foley.
«Nunca estuvimos más orgullosos de nuestro hijo Jim. Dio su vida para intentar mostrarle al mundo el sufrimiento del pueblo sirio», dijo la madre de Foley, Diane, en un mensaje en Facebook.