La medalla de bronce obtenida por Venezuela en el Suramericano de Naciones de baloncesto femenino, disputado hasta el pasado lunes en Ambato, Ecuador, no sólo significa boletos tanto para el Preolímpico FIBA Américas de Edmonton, como para los Juegos Panamericanos de Toronto, ambos en 2015, sino que deja en evidencia el progreso que vive la selección adulta gracias a la continuidad en el trabajo de su cuerpo técnico, liderado por el coach larense Oscar Silva.
En comparación con el Suramericano de Argentina 2013, Venezuela mejoró del cuarto al tercer lugar y vengó la derrota que en ese torneo sufrió ante Chile. Además, redujo los márgenes de puntos en sus caídas ante Brasil y Argentina -a las gauchas incluso se les dominaba hasta el tercer parcial- en ruta a una de las actuaciones más destacadas que haya tenido una selección de damas en la disciplina y más una tan joven.
El equipo promedió 64.6 puntos, 35 rebotes y 10.4 asistencias por juego, aunque perdió 14 pelotas por compromiso. Su foja global fue de 3-2 con victorias ante Ecuador (60-56), Uruguay (72-43) y Chile (72-54) y derrotas frente a Brasil (84-65) y Argentina (75-54).
Daniela Wallen fue su bujía con 15.6 puntos (cuarta en el torneo), 8.2 rebotes (cuarta), 2.6 robos (quinta) y 1.0 asistencias por cotejo. La exNCAA2 Roselis Silva fue segunda en robos de pelota (3.4) y aportó además 7.0 unidades y 4.0 capturas, amén de 1.4 pases efectivos.
Waleska Pérez estuvo entre las diez mejores en rebotes (6.8), bloqueos (0.4) y asistencias (3.4) y colaboró con 8.6 puntos. Ivaney Márquez lanzó para 33.3 por ciento en triples (24-8) y finalizó con promedios de 8.2 puntos, 3.2 rebotes y 1.8 asistencias. Yosimar Corrales, en tanto, registró 9.4 puntos, 2.8 rebotes y 1.0 asistencias.
Anoche el equipo regresaba al país vía Cúcuta y lo esencial es que la Federación Venezolana de Baloncesto (FVB), con el debido apoyo del Ministerio del Deporte, asuman desde ya el compromiso de ofrecerles mejores condiciones de preparación en lo logístico y en cuanto a implementos, a la par de la inversión que se hace con la selección masculina, para lograr una digna participación el año próximo.