Al menos cuatro mil industrias y empresas de la frontera del estado Táchira se han visto afectadas con el cierre de los puentes internacionales.
En los últimos años centenares de industrias del eje fronterizo San Antonio – Ureña paralizaron operaciones ante la crisis, ahora el cierre nocturno de la zona binacional alteró la capacidad de producción y creó la necesidad de establecer nuevos horarios de trabajo.
Son muchos los colombianos que trabajan a este lado de la frontera y viceversa. La acción afecta tanto al comerciante informal como a las grandes industrias que reportan una baja significativa de sus actividades.
Los voceros del sector comercial no creen que el método empleado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro prospere a largo plazo. Habitantes de la línea limítrofe consideran que la situación terminará golpeando, aún más, la economía y el bolsillo de los venezolanos.
Otros consideran que ha transcurrido muy poco tiempo del bloqueo nocturno y las restricciones de la carga internacional por los puentes que comunican a ambas naciones como para emitir juicios.
A pesar que los gremios comerciales no fueron consultados por autoridades venezolanas, estos presentarán propuestas y cifras sobre el impacto. Consideran que el ejecutivo tomó una medida militar para enfrentar un problema económico.