¡Exprópiese! Esa es la palabra que usó Hugo Chávez a la hora de incautar 1.440 empresas, además de 3,6 millones de hectáreas de tierras. Aunque el líder de la Revolución Bolivariana auguró proyectos colosales sobre aquellos predios, la mayoría quedó en “veremos”, al punto de que las fincas estatizadas, se convirtieron en salones de fiesta.
Especialistas coinciden en que las expropiaciones desencadenaron la debacle económica. Una ficha clave del oficialismo, como Freddy Bernal, reconoció públicamente que llevaron las empresas al fracaso.
Pero el diplomático y economista Diego Arria considera que el “régimen” no cederá. A su parecer, el Gobierno no ha rectificado.
“Alí Rodríguez Araque apenas llegó a decir “hay ciertas definiciones estratégicas que no están claras”. ¿Qué es lo que va a desarrollar el Estado? Porque la revolución venezolana no es la soviética, ni la cubana”, destaca.
“Las realidades económicas los sobresaltan, pero cualquier modificación en su erradísima orientación, representa para ellos la admisión de la magnitud del crimen cometido contra el país y toda su gente”, agrega.
En 2010, Chávez inició una persecución contra Arria que terminaría en la expropiación de su Hacienda La Carolina, una propiedad de casi 370 hectáreas, ubicada en Nirgua, estado Yaracuy.
El opositor manifiesta que grupos armados al servicio del Instituto Nacional de Tierras (INTI) “asaltaron” su propiedad y el saqueo fue televisado.
La incautación de tierras aupada por el Gobierno, en la mayoría de las ocasiones era justificada por la “improductividad” de las extensiones. Pero en el caso de Arria no fue así, explica.
“Fue exclusivamente retaliación política de Hugo Chávez ante mis denuncias por sus delitos de lesa humanidad que llevé hasta la Corte Penal Internacional en La Haya. Sin embargo, Chávez murió antes de que culminara este proceso. Chávez, en televisión, se dirigió a mi diciéndome: “Si quieres tu finca, tienes que tumbarme” (el saqueo de la finca fue comentado por el mismo Chávez en companía de Jaua)”, ratifica.
En aquel entonces, el líder bolivariano prometió convertir la Hacienda La Carolina en un centro de investigación genética. “De allí han pasado diversas iniciativas, todas terribles. Una finca que tenía el rebaño más grande de vacas Jersey de alta genética del país, que generaban hasta 35 litros diarios de leche, con una producción diaria de 2.000 litros de calidad, hoy no llegan ni a los 500 litros diarios. Igual suerte corrió la parte cafetalera y de cítricos de la finca. Los pastos y las siembras en general”, agrega Arria al referirse a una de las fuentes lecheras más importantes de Nirgua y alrededores, en sus mejores tiempos.
La finca, hoy en manos del Estado, era un sitio modelo, utilizado por las escuelas de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela.
“Hoy usan las instalaciones de La Carolina para fiestas de los jerarcas del régimen.
Un aspecto muy importante en este robo de mi finca es que le quitaron las mejores oportunidades de empleo y crecimiento a nuestros trabajadores.
Por cierto, el juicio de La Carolina no lo abren, pues saben que tengo toda la documentación en regla. Y por supuesto no me quieren hacer justicia”.
Producción desmantelada
Por órdenes de Chávez fueron intervenidas 1.440 empresas, solo durante su polémica administración. Las cifras fueron reveladas en un estudio elaborado por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
El mismo análisis señala que los sectores más afectados por las expropiaciones son: construcción, agroindustrial, petrolero, comercial y alimentos.
45 compañías han sido intervenidas solo entre 2013 y 2014.
Otro dato de los embargos al aparato productivo indica que, también en la gestión de Chávez incautaron 3,6 millones de hectáreas de tierras.
Tras la muerte del líder revolucionario, el Gobierno anunció que durante el mandato de Nicolás Maduro esperan nacionalizar 265.000 hectáreas de tierras. Una mala señal para un país prácticamente monoproductor, consideran especialistas.
“No cabe duda que bajo el régimen Chávez Maduro, los niveles de improductividad del país no tienen precedentes. Al desmantelamiento más significativo de la planta industrial, se le suman las dificultades en la aprobación de divisas para la adquisición de recursos que permitan obtener las adaptaciones e innovaciones”, reitera el ex embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Entre las consecuencias de las expropiaciones y el cerco jurídico del Gobierno, Arria enumera el cierre de fábricas, la no reinversión en el sector industrial que es una importante fuente de empleos bien remunerados y el crecimiento insostenible. “Todo esto unido a la ausencia de una política educacional de calidad y la muy deficiente infraestructura profundizan los niveles de improductividad”.
Recomponer el aparato productivo en Venezuela será una tarea titánica, al menos en el sector agrícola, puntualiza Arria.
“Por ejemplo a mí me tomó 15 años llegar a desarrollar unas 200 hectáreas, levantar 300 vacas de alta genética crecidas en el país. Uno puede comprar máquinas para la industria pero no se logran vacas de 30 litros diarios así no más”.
Venezuela solo compite con Haití
Venezuela solo compite con Haití (el más pobre de Latinoamérica) en el ránking de países más dependientes de las importaciones a escala global, advierte el político y diplomático Diego Arria.
Con niveles de improductividad sin precedentes, nuestro país ocupa el segundo lugar de los gobiernos menos transparentes de la región.
En el Índice de Percepción de la Corrupción, Venezuela es ligeramente superada por Haití, sostiene el también economista.
La palabra “expropiación” aparece tres veces en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sostiene el forista de aporrea.org, Alexis Adarfio Marín. En esas tres menciones, se justifica la estatización por causas de utilidad pública o social.
En 2014, fueron intervenidas 41 empresas, señala Conindustria.
Para el año 2009 se registró el mayor número de expropiaciones en la gestión de Hugo Chávez. Un total de 374 empresas resultaron estatizadas, apunta El Nacional.
El dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, reveló hace un par de semanas, una encuesta de Datanálisis que sostiene:
59% de los venezolanos respalda a las empresas privadas
36% de los consultados es partidario de la apertura de empresas mixtas
Solo el 3% favorece la expropiación de empresas
Fuente: Conindustria