Hace sólo un par de semanas llegaron a Barquisimeto, procedentes de Letonia, los 38 chicos que conforman La Camerata Larense, acompañados de su orgullosa directora, Libia Gómez … En sus manos y corazones venía nada menos que el primer lugar (por segunda vez) en los World Choir Games, algo así como las Olimpiadas Corales. A continuación podrá leer las impresiones, las alegrías y hasta los momentos de tensión que vivieron en Riga (Letonia) durante 18 días
En Letonia, precisamente el día de la apertura de los World Choir Games, (la competencia de corales más importante del mundo) el evento transcurre como si se tratase de unas Olimpiadas, ciertamente tiene la misma relevancia, no así la repercusión en medios de comunicación. El caso es que nuestros abanderados, La Camerata Larense, llevaron con brío la representación de Venezuela en el desfile inicial y, a pesar de que por cuestiones de orden alfabético fueron de los últimos en salir, hicieron sentir la algarabía contagiosa que caracteriza a los venezolanos. Ese mismo día participaron en el Canto Común, donde 10 mil coralistas de Letonia y 5 mil extranjeros cantaron al unísono para finalizar con su tradición: Lanzar al aire las coronas de flores que llevan las chicas. Un espectáculo conmovedor, confiesa la profesora Libia Gomez, directora y responsable de las hazañas que llevan años realizando estos muchachos.
Lo cierto es que La Camerata Larense, que pertenece al Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, regresó al país con el máximo galardón (por primera vez para algún grupo Latinoamericano) y tres medallas más. Oro en Música Folclórica y plata en la categoría de Música Sacra.. Libia Gómez reitera que la disciplina y el énfasis en la perfección del sonido los ha convertido en una referencia mundial, también comenta que para llegar a ser campeones del mundo han venido realizando un trabajo de meses de preparación. La elección del repertorio es materia de la profesora y su equipo, en ello trabajaron durante un año. Los ensayos con la agrupación, cinco días a la semana durante dos horas diarias, iban intensificándose al pasar de los meses. Un par de semanas antes del viaje a Riga (Letonia) las horas diarias se multiplicaron, así como la seguridad que confiere el trabajo duro.
Los ojos de Libia se iluminan cuando recuerda los días en del primer mundial que ganaron. “El 2012 fue determinante porque en los World Choir Games celebrados en Cincinnati ganamos nuestro primer campeonato mundial, allí sentimos una emoción impresionante… los nervios y la angustia eran enormes, en el momento del certamen yo estaba separada de mis muchachos (en el espacio de los directores), cuando empiezan a nombrar a los ganadores y no nos mencionan comienzo a temblar, estábamos compitiendo con delegaciones de 74 países, 168 coros y 21 mil coralistas, al final nos nombran y allí la euforia puede más que todo, la felicidad es gigante”, agrega.
Sin embargo fueron por más. En el mes de julio de este año estuvieron 18 días en la ciudad de Riga. Allí convivieron con miles de coralistas, se maravillaron, como cada vez que viajan para presentarse en festivales. “Un coro en cada esquina, música en cualquier rincón”, afirman. También sirve el momento para destacar las fortalezas de cada lugar del mundo, por ejemplo, los rusos se destacan en el renglón sacro. Los surafricanos y chinos también se lucen, lo tienen muy arraigado, dicen. Indonesia es un ganador recurrente. Pero en Latinoamérica el nombre de Venezuela se escucha alto. “Nos hemos ganamos a pulso eso de ser la ciudad musical del país, no solo Gustavo Dudamel, quien ha sido un director emblemático que rompió paradigmas, está también Diego Matheuz que tiene una carrera extraordinaria, y por qué no, allí también cabría hablar de La Camerata Larense que ha logrado importantes títulos”.
Retrospectiva del triunfo
Esta vez las expectativas estaban puestas sobre la Camerata, algo que puede verse desde dos puntos de vista: El apremiante y el riesgo de no satisfacer las exigencias de su público. No obstante, la energía positiva estaba en alza. “Al terminar la presentación todos nos tomamos de las manos e incluso lloramos de emoción, sentimos que el trabajo estaba hecho… Luego, nos retiramos a una plaza cercana a tomarnos la foto grupal y fue sorprendente la cantidad de personas que se acercaron para felicitarnos”.
Entre los recuerdos bonitos y las enseñanzas que las competencias les ha traído no dejan de mencionar al ilustre Maestro José Antonio Abreu, a quien Libia considera un “Papá musical”, un admirado personaje que ha tenido mucho que ver en el éxito de la coral.
Perseverancia, constancia, disciplina y ganas de hacer música es lo que sobra en este grupo de larenses, sus triunfos alrededor del mundo hacen eco del potencial cultural que aún hace falta explotar en el país. Ellos, así como muchos músicos, ansían el momento en el que una plataforma sostenida dé curso a sus sueños y fomente las colaboraciones con otras regiones. Escasean los recursos, las giras son autos gestionadas y, muchas veces, ven en riesgo su participación en festivales internacionales por no poseer los fondos suficientes de traslado. Es momento, afirman, de apoyar con estructura el impresionante caudal de talento que existe en Venezuela.
