Miles de personas velaron el domingo al candidato presidencial de Brasil Eduardo Campos, cinco días después de morir en un accidente de avión que reconfiguró el escenario político cuando faltan dos meses para la elección
La gente esperó en fila durante horas para llegar al féretro del candidato frente al palacio de gobierno en la ciudad de Recife, donde nació Campos. Algunos sollozaban y otros portaban banderas del Partido Socialista Brasileño y letreros con mensajes de dolor por la muerte del también ex gobernador del estado de Pernambuco.
Antonio Campos, hermano del político, que murió con otras seis personas el miércoles, dijo que el país necesitaba unirse después de su muerte.
«Yo repetiría las palabras de Eduardo ‘No renuncien a Brasil’, amen a Brasil, intenten mejorar el país por medio del voto, participación o como se pueda», dijo el hermano. «Hoy estamos aquí para honrar a un gran brasileño.»
La presidenta Dilma Rousseff, quien busca la reelección en octubre, también participó en el homenaje. El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva también asistió al velorio. Marina Silva, compañera de fórmula de Campos y escogida por el Partido Socialista Brasileño para sustituirlo, también viajó para rendir honores, que concluirán con el entierro de Campos.
La muerte del candidato sacudió al país. Las televisoras transmitieron durante horas el velorio, incluso con imágenes aéreas, para dimensionar la magnitud del evento que reunió a miles.
Junto con Campos murieron cuatro asesores de campaña y los dos pilotos. La esposa y los cinco hijos del político —que también fue diputado federal y ministro de Ciencia y Tecnología— encabezaron la misa de homenaje y el velorio en Recife.