Preservar el casco histórico es responsabilidad de todos

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Diferentes voceros, representantes y afectados por el deplorable estado del casco histórico de Barquisimeto se reunieron ayer en el Centro de Historia Larense a fin de exhortar a las diferentes autoridades gubernamentales a preservar lo que queda de ese patrimonio.

Al frente de la rueda de prensa estuvieron Francisco Cañizález Verde, presidente del Centro de Historia Larense; Carlos Eduardo López, presidente de la Fototeca de Barquisimeto; Marco Tulio Mendoza, Presidente de Fundasab; Claudia Rodríguez, arquitecta de la UCV; Enrique Romero, presidente del Colegio de Abogados; José María Gimeno, párroco de la iglesia San Francisco y Yuyita de Chiossone, presidenta de Bandesir.

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La audiencia la conformaron vecinos de la zona, consejo comunal, dueños de inmuebles y representantes de Emica, Infralara, Corpolara y Fundapatrimonio.

Los afectados observan con preocupación como importantes edificaciones, como Fundasab, representan un grave peligro para sus ocupantes y transeúntes ya que sus paredes laterales se han derrumbado y su frente padece una peligrosa inclinación.

“Exigimos acometer labores de inmediato que impulsen la recuperación de los inmuebles y se discuta su uso posterior”, expresó López.

De igual manera, exigen el cumplimiento del mandato constitucional expresado en el decreto N° 32.712 que protege la zona histórica.

Por su parte, la arquitecta Claudia Rodríguez añadió que el casco histórico es lo único que queda de la fundación de Barquisimeto.

“Se trata de una cuadrícula perfecta. El orden de la ciudad nace en el casco. Y es preciso conservarlo para adaptarlo a la nueva dinámica social. Se está cayendo lo poco que nos queda”, dijo.

Explicó que en junio se acordó desarrollar tres etapas para el rescate de la zona.

Atender el colapso de los inmuebles, efectuar un estudio profesional de los solares de las casas afectadas por el comején con el apoyo de malariología y aplicar una serie de proyectos en cada una de las nueve manzanas afectadas. Cada manzana tiene sus particularidades.

“No podemos hacer nada sin voluntad política. Es preciso que los organismos municipales realicen un estudio especial de zonificación para permitir nuevos usos en los hogares vacíos y darle sustentabilidad al patrimonio”, explicó la arquitecta.

Advirtió, sin ánimos de ser fatalista, la fachada de Fundasab pudiera estar en el piso en seis meses.

Recordó que las paredes y techo de la casa de la familia Chiossone se vinieron abajo en el mes de julio.

 

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