El centro de Barquisimeto estuvo lleno de caos este miércoles, durante la mañana, debido a las protestas que realizaron, en la carrera 19, los maestros estadales y, en la carrera 17, frente a la Alcaldía de Iribarren, los comerciantes informales de la avenida 20.
Los trabajadores de la economía informal, se instalaron en las puertas del palacio municipal, en busca de soluciones por parte del alcalde Alfredo Ramos, respuestas que les garantizará estabilidad laboral, sin embargo, por varias horas esperaron ser atendidos y, cuando era un poco antes de mediodía, se les agotó la paciencia.
Fue así como cerraron la carrera 17, en las intersecciones de la calle 25 y 26; están molestos porque ayer con el Plan 20, les retuvieron varias mercancías. Si nos van a desalojar, tienen que reubicarnos en otro lugar, dijo Julio Cova, vendedor desde hace 15 años.
Explica que no han sido atendidos por la Alcaldía, de allí que rechacen las medidas como decomisarles las mercancías; “nos cuesta mucho dinero comprar los productos para la clientela y, sin mediar palabras, nos quitaron todo”.
No resultaron
Angélica Guédez, por su parte, madre de tres hijos, manifiesta que se dedica a la economía informal desde hace 20 años ante la falta de empleos; “salgo a trabajar en la avenida 20, por necesidad, tengo hijos y debo conseguir el sustento para ellos”.
Propone que la reubicación sea para las transversales, como han planteado Gobiernos municipales en otros estados del país.
Asimismo, denunció que la creación de mercados socialistas en los cuales reubicaron a un lote de comerciantes de la avenida 20, “no dieron resultados positivos; fue un engaño para nuestros compañeros.
Allí no van casi clientes, las instalaciones no reciben mantenimientos, a pesar que la Alcaldía de Iribarren tiene la responsabilidad de ayudarles”, expresó.
De hecho, los trabajadores de estos centros socialistas, en varias ocasiones, han manifestado su inconformidad por la falta de aire acondicionado, colapso de cloacas y fallas en las escaleras mecánicas, así como hacinamiento.
Drama social
Familias enteras tienen su vida en la avenida 20; papá, mamá e hijos, salen todos los días a trabajar por el sustento de la casa; con golosinas, comida rápida, ropa, calzados, entre otras mercancías, obtienen lo necesario para vivir.
Ahora bien, otra parte de la población solicita caminar tranquilamente por las aceras, sin la presencia de “tarantines” ni mercancías, añorando la belleza del centro de la ciudad de la cual se presumía hace años.
Sin embargo, hasta ahora no existe un plan de reordenamiento por parte del municipio a fin de atender ambas necesidades, al menos, así lo hacen ver los vendedores de la economía informal.
Mientras que los ciudadanos, igual critican la dejadez por parte de las autoridades.