A propósito del cierre parcial de la frontera colombo-venezolana la periodista Sebastiana Barráez, experta en el área, observa que la medida ha generado gran expectativa.
“Hay inquietud porque gran parte de la gente que habita la faja fronteriza, tanto civiles como militares, sienten presiones muy fuertes por parte de esos sectores que hasta el momento se beneficiaban del contrabando”.
Barráez no cree que restringir el paso por la frontera sea la solución al problema del contrabando, ya que más de una vez, la Fuerza Armada, dueña de ese monopolio y encargada de velar por la seguridad del territorio y la soberanía, no ha respondido de manera efectiva.
“Los propios voceros de la Fuerza Armada Nacional y políticos han expresado que es imposible colocar un efectivo militar o policial a lo largo de la línea fronteriza porque a pesar del anuncio para custodiar las trochas, es difícil, porque son muchas y otras no son de fácil acceso y son vigiladas por grupos fuertemente armados o paramilitares”.
La comunicadora sostiene que la medida no es más que un paño de agua tibia que el Gobierno ha intentado colocar sobre el contrabando y el desabastecimiento.
Añadió que los gobiernos de Colombia y Venezuela incurren una vieja acción que es tomar decisiones a nivel de Bogotá y Caracas sin conocer lo que realmente sucede en territorio fronterizo.
“Quien no conoce la zona ignora que hay mucho venezolano que estudia y trabaja en territorio colombiano y viceversa. La frontera de San Antonio-Ureña en el eje con Cúcuta o Norte de Santander es la frontera más viva de América Latina por el constante fluir de personas y de productos alimenticios, sobre todo los subsidiados que pasan a territorio colombiano”.
Cerrar la frontera en horas nocturnas para evitar el paso de los “bachaqueros” es desconocer lo que realmente sucede en nuestro territorio, ya que quienes permiten el paso hacia territorio colombiano son los efectivos militares, situación que ha desencadenado una especie de corrupción generalizada en la población civil y militar que alimenta la gran industria del contrabando, declaró la periodista.
El contrabando, dijo, alimenta una red muy poderosa que se ha consolidado a través de los años porque ese negocio, de combustible particularmente, lo manejan los paramilitares en la frontera.
“Los alimentos de Mercal pasan en grandes cantidades por lo cual no se encuentran en ninguno de estos establecimientos de la frontera.
Las consultas privadas están congestionadas porque los médicos prefieren ir a territorio colombiano pero al colombiano le conviene venir a chequearse en Venezuela. Por otra parte, no se consiguen los billetes de alta denominación porque se los llevan para territorio colombiano para ser usados por los contrabandistas, por ese motivo los bancos no quieren despachar cheques superiores a 3.000 bolívares.
“Lo que va a pasar es que los efectivos militares van a terminar cobrando un monto más alto porque se van a arriesgar más para permitir el paso de las gandolas en horas nocturnas”.
Sobre Vladimir Padrino López, jefe del comando estratégico, Barráez indicó que si bien fue ratificado en el cargo, se caracteriza por implementar acciones efectistas que no han resultado.
“Ha liderado acciones en torno al sobrevuelo de aeronaves procedentes del narcotráfico en territorio venezolano, sin embargo, no ha habido mayor explicación al respecto. Es aceptado pero no ha sido un líder destacado en materia militar dentro de la Fuerza Armada”.