Como una medida arbitraria e inconsulta calificó el dirigente tachirense por Copei, Franklyn Duarte, el cierre parcial y durante 30 días de la frontera colombo-venezolana.
La acción que inició el lunes 11 de agosto para combatir el contrabando fue tomada por los gobiernos de Venezuela y Colombia en los 2.200 kilómetros de frontera, según el jefe del comando estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Vladimir Padrino López.
Al respecto, Duarte, ex candidato a diputado regional por el circuito de la frontera, declaró vía telefónica que no se consultó a las autoridades de los municipios fronterizos. “Al gobernador de Norte de Santander tampoco se le consultó, menos a los habitantes”.
Duarte señaló que aun cuando cierren la frontera de 10:00 de la noche a 5:00 de la mañana, “para nadie es un secreto que el contrabando pasa a cualquier hora del día custodiado por la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía del Táchira y el Ejército venezolano”.
“Los grandes contrabandistas son coroneles y generales de las Fuerza Armada Nacional, esa es la realidad. Aquí se humilla, maltrata y tortura a los habitantes de la frontera porque para los militares todos son contrabandistas y resulta que los habitantes de los municipios Bolívar y Pedro María Ureña son los más afectados por la medida”.
Ello debido a que muchos comerciantes viven en Ureña y trabajan en Cúcuta o viceversa.
El dirigente aseguró que las cavas de Mercal y Pdval atraviesan la frontera custodiadas por efectivos militares, sin embargo, en Ureña se mantiene la escasez de productos básicos, por lo cual los ureños se dirigen hasta San Cristóbal para adquirirlos. “En el peaje sigue el acoso ya que despojan a la gente de su bulto de harina o azúcar”.
Apuntó que se debió reunir a los habitantes de la frontera, hacer mesas de trabajo en las cuales se evaluara si realmente esa decisión frenaría el contrabando. “Las medidas para evitar el contrabando no han sido efectivas. Uno de los últimos planes fue ubicar a la Fuerza Aérea en varios puntos de control, pero no funcionó. Lo que hicieron fue cuidar los intereses de los altos jefes militares”.
En la frontera y en todo el estado Táchira las colas para adquirir alimentos son impresionantes, acotó, a pesar de que las gandolas van y vienen. “Del puesto de la aduana de la Guardia Nacional, a escasos 200 metros, se aprecian las aceras repletas de toda la mercancía de Venezuela. ¿Cómo pasa para allá? ¿quiénes tienen el control?… sencillamente la Guardia y el Ejército”.
Duarte asegura que quienes viven en la frontera saben que luego de 30 días solo se reflejará el fracaso de ese plan impuesto por el gobierno nacional y regional.
“Aunque el despliegue de funcionarios es impresionante el contrabando seguirá pasando en horas del día con total normalidad porque así ha sido siempre. La medida no es más que un show publicitario”.
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