En Barquisimeto, Cabudare o incluso Carora, los usuarios sufren a la hora de retirar efectivo. Pese a la cantidad de cajeros automáticos desplegados en esos lugares, la oferta resulta insuficiente.
Los tarjetahabientes asisten a cuatro o más agencias en busca de dinero los fines de semana, cuando es más evidente el colapso de los telecajeros, ahora multifuncionales en diferentes bancos.
Sin importar si es o no fecha de cobro, las filas en las afueras de los cajeros automáticos, por lo general, son interminables.
A la demanda creciente, se le suma el deterioro de los cajeros en diferentes instituciones financieras, especialmente las adscritas al Estado, comentaron clientes ayer, cuando esperaban retirar fondos en el centro de la ciudad.
Es bastante común encontrar agencias con seis cajeros, de los cuales solo uno está operativo y el resto “fuera de servicio”.
De acuerdo con los usuarios, las máquinas apagadas o dañadas son las responsables del colapso.
Asimismo, cuestionaron que en varios bancos bajan la santamaría de los cajeros, otro punto en contra para los tarjetahabientes. Desde que se implementan las máquinas multifuncionales (para depósitos y retiros), las instituciones adoptan esa medida de seguridad, con el objetivo de evitar actos vandálicos o extracción ilícita de dinero.
Largas colas
Vale recordar que la empresa Suiche 7B suspendió operaciones el fin de semana para hacer un mantenimiento de los equipos por más de 20 horas.
La interrupción del servicio se tradujo en colas más largas de lo habitual. Por tratarse de la red que conecta a la banca, tanto pública como privada, los usuarios debían retirar efectivo de su agencia matriz.
Congestión de servicios
Agencias sin línea o sin luz para gestionar solicitudes comunes, puntos de venta congestionados y plataformas bancarias vulnerables figuran entre las quejas usuales de las personas que se lamentan por el colapso en los servicios que prestan las instituciones financieras.
“Hacer operaciones sin trabas ni inconvenientes se convirtió en una lotería”, manifestó el señor Argenis Rodríguez.
Pese a la automatización de la banca, el movimiento en cajas y oficinas tradicionales no se reduce.