Este año la temporada vacacional para los venezolanos se presenta con cierta incertidumbre por diferentes factores, principalmente el económico, porque, aún cuando para recorrer el país no es indispensable disponer de dólares, los precios de algunos servicios se han incrementado sustancialmente y hasta se llega a cobrar con ese tipo de moneda.
“Anualmente yo acostumbraba aprovechar las vacaciones de los muchachos para echarnos un viajecito fuera, pero este año nos fregamos porque no hay pasajes para ninguna parte; nos quedaremos en el país”, argumentaba Santiago, un empresario medio resignado a no poder viajar al exterior.
Son muchos los que esta temporada vacacional tratarán de disfrutarla dentro de nuestras fronteras, viajando en carro a la playa, montaña o a otras ciudades.
“Pero es mejor contactar a una familia o amigos para alojarnos unos días porque las tarifas en los hoteles tampoco son muy solidarias”, explicó otro.
Afortunadamente, Venezuela posee muchos lugares hermosos donde podemos descansar y disfrutar de las bondades de la naturaleza, siempre y cuando tengamos en cuenta la seguridad, actualmente muy disminuida.
Para los larenses existen muchos atractivos en entidades de la región centroccidental u occidental.
Mérida sigue siendo una de esas atracciones naturales y para disfrutarlas a plenitud es mejor hacerlo por la vía Barinitas, un deleite visual por la inmensidad de las montañas, caídas de agua y bajas temperaturas.
Además, es bueno recordar que agosto es un mes propicio para las nevadas, como aún recuerdan quienes el año pasado pudieron disfrutar de nevadas como la del domingo 10 que atrajo a miles de personas al pico El Águila para observar la nieve que cubría los frailejones.
De pronto, pueden coincidir con uno de esos fenómenos.
Pero en el estado Lara existen muchos lugares donde podemos descansar, física o mentalmente.
Muchos de esos sitios se encuentran en los municipios del occidente.
Por ejemplo, en Jiménez, las Lomas de Cubiro siguen luciéndose como principal atractivo, aunque también Quíbor, Guadalupe, Cuara, Tintorero, La Costa y otras poblaciones nos ofrecen su colorida y reconocida artesanía.
Morán tiene como primer atractivo natural, cerca de Barbacoas, la Cascada del Vino, así como la quebrada que, desde montaña arriba, le nutre con sus aguas.
También están los baños de Humocaro, y si busca mayor tranquilidad puede llegarse hasta el caserío Buenos Aires, al norte, donde las temperaturas no pasan de los 20 grados y en ocasiones bajan hasta a 5.
En Andrés Eloy Blanco, la montaña siempre es atractiva, pero puede comenzarse con una visita a La Hundición de Yay, sitio arqueológico, legendario.
Pero el Parque Nacional Yacambú, incluso al divisar desde lo alto lo que será el embalse, siempre invita al solaz, y si se posee espíritu aventurero puede llegar al sitio donde hasta hace algunos años humeaba la fumarola.
Sanare y sus alrededores poseen unas cuantas posadas donde pernoctar, además de la gastronomía criolla que ofrece al visitante.
También en Torres, Palavecino, Simón Planas, Urdaneta y Crespo hay algo para disfrutar esta temporada vacacional.