Incrédula ante lo ocurrido se encontraba Tamayra Hernández, madre de César Alejandro Calles Hernández, a quien asesinaron la noche del lunes, a unos metros de su casa cuando regresaba de visitar a la novia. Al parecer un sujeto intentó robarlo pero además le propinó un disparo en el hombro izquierdo, cuyo proyectil recorrió la parte interna y le afectó órganos vitales que le arrebataron la vida.
Calles Hernández tenía 18 años de edad. Cuenta su progenitora que escuchó un disparó y enseguida sintió los pasos de su hijo por la ventana de su habitación. Rápidamente salió junto a su esposo a ver qué pasaba y encontraron tirado en el piso al mayor de sus cinco hijos.
Las primeras indagaciones apuntan a que luego que recibió el disparo, caminó hasta su casa y fue ahí donde no resistió más y cayó.
“Lo tomé entre mis brazos y lo llevamos al Centro de Diágnostico Integral (CDI) del barrio El Bolívar, allá lo atendieron con la rapidez necesaria pero fue imposible. Creo que ya iba muerto”, narró la mujer en medio de la tristeza que la embargaba.
El hecho se registró aproximadamente a las 11:00 pm., en la manzana M de la urbanización Villa Crepúscular, al oeste de Barquisimeto, lugar donde según los vecinos, hay cámaras de seguridad, las cuales habrían grabado el momento del asesinato, por lo cual los funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) revisarán a fin de determinar lo ocurrido y dar con el paradadero del responsable.
“Era un niño responsable; tranquilo, no se metía con nadie. El año pasado egresó como bachiller, quería ser militar pero un problema en la columna le impidió el ingreso por lo cual recientemente se inscribió en la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (Unefa) donde comenzaría en septiembre sus estudios de Ingeniería Eléctrica”.
Reina la inseguridad
Los vecinos de Villa Crespúscular indicaron que es la primera vez que ocurre un homicidio por la manzana M, sin embargo, los robos a mano armada son frecuentes, “y ni hablar de las demás calles porque eso es terrible.
Necesitamos un puesto policial porque estamos a la deriva de Dios”, manifestó una de las habitantes del lugar, quien se resguardó en el anónimato por miedo a represalias.
“No hay patrullaje policial, lo pedimos con clemencia al igual que el alumbrado. A las 7:00 pm., todo queda en la oscuridad, situación que aprovechan los delincuentes para cometer sus fechorías”, aseveró Patricia Mendoza.