El ex dueño de una clínica acusado por vender drogas para mejorar el rendimiento deportivo a Alex Rodríguez aceptó el martes declararse culpable por su participación en lo que la fiscalía describió como un amplia conspiración para distribuir esteroides entre peloteros de Grandes Ligas y atletas de escuela secundaria.
Las acusaciones contra el dueño de Biogenesis of America, Anthony Bosch, y otras seis personas son uno de los puntos cruciales en un caso que lleva más de dos años y que ha provocado demandas, insultos y suspensiones de varios jugadores, entre ellos Rodríguez.
También fue acusado Yuri Sucart, el primo de 52 años de Rodríguez, y quien según el antesalista de los Yanquis de Nueva York le suministró esteroides entre 2000-03 cuando jugaba con los Rangers de Texas.
Sucart y los otros están acusados de desempeñarse como reclutadores, coordinando encuentros entre atletas y Bosch, quien se presentaba como el «Doctor T», dijeron las autoridades. Los atletas profesionales pagaban hasta 12.000 dólares mensuales por las drogas que les daba Biogenesis, mientras que los atletas de escuela secundaria pagaban hasta 600 dólares mensuales. A todos los clientes les prometían que las sustancias no serían detectadas en controles antidopaje, señaló la fiscalía.
El fiscal Wilfredo A. Ferrer indicó que Bosch no tenía licencia médica, lo que hizo que todo fuese aún más peligroso.
«Al igual que en muchos casos relacionados con drogas, estos acusados estaban motivados sólo por una cosa, el dinero», puntualizó Ferrer.
El béisbol de Grandes Ligas no participó en la investigación criminal y rehusó comentar al respecto. No hubo atletas acusados ni mencionados en los documentos judiciales, y no se sabe cuántos podrían estar involucrados. Sin embargo, las autoridades dijeron que Bosch admitió haber suministrado fármacos para mejorar el rendimiento a 18 jóvenes de secundaria.
Joe Tacopina, un abogado de Rodríguez, dijo que los arrestos del martes cierran un capítulo para Rodríguez, y le permitirán concentrarse en su regreso al terreno de juego.
«Primero, confirma la noción de que Alex no cometió ningún crimen», dijo Tacopina. «Y, segundo, en realidad, esto marca el principio del fin de toda la saga de Biogenesis y permite a Alex concentrarse en seguir adelante».