Que el mundo enfrente una guerra por el agua, pareciera ser un tema de película de ciencia ficción, o al menos, un futuro bastante lejano que de seguro muchos de los que hoy día están vivos, no verán. Pero más allá de esa fantasía que nadie quiere conocer, es una realidad latente. El vital líquido es el recurso más preciado por comunidades larenses que salen a las calles para exigir su derecho a disfrutar de este recurso.
Escenario que años atrás enfrentó a habitantes del oeste y norte de la ciudad de Barquisimeto y que hoy día mantiene en zozobra a cientos de familias de diversos rincones del país y del mundo.
Los larenses han esperado por más de cuatro décadas por el desahogo, en cuanto a la distribución del vital líquido se refiere, que pueda representar el Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor.
Sin embargo, mientras éste es puesto en funcionamiento, el servicio no llega a comunidades larenses, a pesar de que en el artículo 304 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece que las aguas son de dominio público de la Nación, insustituibles para la vida y el desarrollo. Una lamentable situación que pone en alerta a especialistas ambientales, que al realizar seguimiento al tratamiento que se da al agua, se han encontrado con alarmantes datos.
Hildebrando Arangú, consultor ambiental y profesor universitario, también ha investigado al respecto y le llama poderosamente la atención el consumo de agua de los más de 140 autolavados de Iribarren, según reposa el registro mercantil.
Según cálculos del especialista el consumo mensual de agua podía ser de hasta 15 millones de litros del vital líquido. Cifra que a su juicio es condenable, ya que ciento de familias pudiesen disfrutar de esta.
El especialista se pregunta entonces si es que realmente no hay agua suficiente para servir a más comunidades o es que el recurso con el cual se cuenta está siendo mal utilizado.
Reconoce el crecimiento poblacional del estado, pero, con base en estas cifras, exhorta a organismos competentes a promover un mejor uso del vital líquido y fiscalizar este con mayor recelo. Le parece absurda la indiferencia ante la crisis presente.
Según Arangú, una opción para atenuar el fuerte impacto del consumo, sería promover la instalación de sistemas de reutilización y economía del líquido a cambio del incentivo fiscal, es decir, que aquellos autolavados que adopten esta medida, sean exonerados del pago de impuesto de acuerdo al monto de la inversión hecha.
El especialista dice comprender la necesidad laboral. No obstante, señala que no puede prevalecer por encima de los requerimientos colectivos.
Precisó que no está en contra de la referida actividad comercial, pero enfatiza que sobre el derecho a disfrute de los servicios básicos, no puede prevalecer el beneficio comercial de algunos empleados.
Formula un llamado a hacer, a través de la tecnología, un uso eficiente del recurso, para así mitigar también el cambio climático.
Recordó que es deber del Estado desarrollar mecanismos que garanticen la conservación, uso, reuso y recuperación del vital líquido, siempre que se respeten las fases del ciclo hidrológico.
Si bien no todos los autolavados en Iribarren se surten de su materia prima, el agua del embalse Dos Cerrito, ya que algunos la toman de Cabudare y acuíferos de El Manzano, Arangú advierte que la presa que surte a El Tocuyo, Quíbor e Iribarren está acolmatada (acumulación de sedimento) en un 58%, por lo cual no cuenta con profundidad de agua.
Asegura que el dragado de la balsa no es opción para esta situación, puesto que no existe fuente alterna.
De allí que considere prioritaria la implementación de medidas que aseguren un consumo eficiente del agua, hasta contar con una opción.
Sin versión del Ministerio de Ambiente
En conformidad con el artículo 28 de la CRBV, que establece que toda persona tiene derecho a acceder a la información y a los datos de cualquier naturaleza, cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas, para el presente trabajo se intentó consultar sobre el tema a algún vocero del Ministerio de Ambiente, dirección Lara. No obstante, esto no fue posible. La respuesta que se obtuvo es que no cuentan con un vocero oficial para la región.
Vale destacar que el artículo 64 de la Ley Orgánica de Ambiente también establece: “El derecho a la información sobre ambiente debe ser reconocido a cualquier persona. El Estado es el garante de su ejercicio, de la confiabilidad de la información y de su difusión…”.
Hidrolara desmiente
Pablo Arráez, jefe de la Unidad de Vigilancia, Inspección y Control de la Hidrolara, explicó que mantienen convenios de mejor uso del agua con los autolavados legales y registrados, que permiten controlar el consumo, según la zona de operación.
Desmintió que el consumo mensual de los autolavados en el municipio sea cercano a los 15 millones de litros y explicó que uno de estos consume menos litros de agua que una residencia, ya que herramientas como el hidroyet, hacen mejor uso.
Arráez acotó que el autolavado de mayor circulación en Barquisimeto consume aproximadamente 500 metros cúbicos de agua por mes, por lo que la millonaria cifra aportada por el especialista ambiental no sería representativa de la realidad.
Sin embargo, tampoco fue posible obtener la cifra global de consumo.
Aclaró que con esta explicación no se pone de parte de los autolavados, pero desmiente una fuerte matriz de opinión, que promueve la idea de que en Hidrolara no realizan los debidos seguimientos al respecto.
Lamentó que en el estado Lara se mantengan en funcionamiento diversos autolavados ilegales, puesto que, en su mayoría, realizan un consumo indiscriminado del recurso. Señaló que algunos de estos laboran con permisologías de los Consejos Comunales de su zona y no de la hidrológica, que autoriza o no el funcionamiento, de acuerdo a las condiciones de servicio de la zona, y establece el límite de consumo por facturación.
No descartó la posibilidad de que se estudien propuestas de reutilización, a partir del incentivo fiscal.
En cuanto a los costos de los servicios precisó que los autolavados pagan la tarifa de uso industrial, la más alta, por ser el agua su materia prima.
Respecto a las fallas en el suministro, señaló que es un problema multifactorial que también se presenta por el uso residencial indiscriminado y las tomas ilegales que disminuyen la capacidad del envío.