Juan Fernández, esposo y padre de tres niñas, apenas gana sueldo mínimo y para llevar el mercado a la casa, tiene que madrugar. Sólo llegando a las 4.00 de la mañana, a la feria de verduras y víveres del grupo Cecosesola, es como logra rendir el presupuesto familiar.
Cuando se forma en la cola, está de número 20 y, así logra estar entre los primeros afortunados en comprar lo necesario para el hogar. Se trata de un drama social que se repite en miles de familias y, por desdicha, parece extenderse por más tiempo.
En este centro de abastecimiento, de viernes a domingo, ofrecen productos de primera necesidad a precios solidarios; las diferentes sucursales permancen repletas. Ayer, en la sede cercana a la Fundación del Niño (este de la ciudad), había leche en polvo, harina de maíz, aceite, mantequilla, café, azúcar, entre otros bienes de gran interés colectivo.
“Antes comprábamos en un establecimiento privado pero la inflación está muy alta y el sueldo ya no alcanza; cuando venimos a la cooperativa, pasamos mucho tiempo de pie mientras hacemos las colas, pero me ahorro hasta un 30% del presupuesto”, dijo Eugenia de Silva.
Por otro lado, están las familias que acuden a las sucursales de Mercal y Pdval, quienes pasan hasta más de tres horas en cola para entrar hasta los anaqueles.
Consiguen los productos regulados por el Estado pero, así como en la mayoría de establecimientos de alimentos, apenas permiten llevar dos productos por mercado o familia.
Son los días martes, los más concurridos en estos centros de distribución de alimentación financiados por el Gobierno, por cuanto los lunes permanecen cerrados por inventario y descanso de personal.
Solicitan toneladas de carnes
En el Mercal de Patarata, ubicado en la avenida Libertador, las numerosas familias que provienen de las populares comunidades de parroquias como Catedral, Concepción y Santa Rosa, solicitan más toneladas de carne.
Explican que si bien es una de las sucursales con mayor variedad de productos, es necesario aumentar la cantidad de kilos de carne por grupo familiar, debido a que en algunos casos apenas alcanza para tres veces a la semana, en aquellos hogares donde tienen hasta nueve integrantes. También, faltan jugos, cereales y leche.