La Casa Rosada o Quinta Santa Lucía es una hermosa casona construida a principios del siglo XX en la hoy parroquia Agua Viva.
La edificación aislada de dos plantas exhibe un estilo arquitectónico de estilo morisco.
Su elegante balcón con antepecho en molduras florales, fue testigo fiel de los desvelos del enciclopedista e historiador Rafael Domingo Silva Uzcátegui, cuando escribió los extraordinarios tomos de Enciclopedia Larense, hoy referencia ineludible del acontecer larense del siglo XIX y XX, entre otras obras literarias.
Pero la indolencia oficial, sumida por muchas décadas en la siesta de la omisión, aniquiló la belleza de la casona, y en complicidad con la ruina, ésta se sepultó en el olvido.
El Instituto de Patrimonio Cultural de Venezuela, elevó esta estructura a Bien de interés Cultural en 2005, en un intento de recuperarla, emitiendo una resolución donde el Estado conjuntamente con el Gobierno local, se comprometían a su rescate, dictamen que fue letra muerta.
Anuncios y promesas
El exalcalde Richard Coroba, en un operativo de recuperación superficial del inmueble, realizado a finales de 2011, prometió la inyección de un millón de bolívares para su rehabilitación en una primera fase que se ejecutaría en el primer trimestre del 2012, pero el anuncio quedó solo en las páginas de los medios de comunicación, al tiempo que la casona seguía sepultada en penosa desidia.
Más tarde, José Barreras, en plena campaña electoral, denunció el deterioro progresivo y abandono de esta infraestructura patrimonial, prometiendo su rescate al ocupar la primera magistratura municipal.
A comienzos de febrero de 2014, el Ejecutivo municipal destinó casi cuatro millones de bolívares, para la rehabilitación de la Casa Rosada, contratando la realización del proyecto a la reconocida arquitecto y restauradora de estructuras antiguas, Claudia Rodríguez.
Por su parte, José Luis Sotillo, cronista de Agua Viva, declaró que la recuperación de Casa Rosada se hará en fases y que actualmente se desarrolla el programa de capacitación de restauración, taller formativo para las personas que intervendrán el histórico inmueble.
Hoy, la quinta de Silva Uzcátegui espera impaciente por el anhelado rescate, mientras el tiempo sigue atentando contra sus paredes y el poco equipamiento que ostenta, desmatelado por delincuentes y saqueadores.