Una presidenta combativa, un economista transgresor, un juez inflexible y un especulador multimillonario dibujan a Cristina Kirchner, Axel Kicillof, Thomas Griesa y Paul Singer, protagonistas de la compleja pelea judicial entre Buenos Aires y acreedores con deuda en mora que puso en vilo a la economía argentina.
Kirchner, la presidenta combativa
Cristina Kirchner, la abogada de 61 años que es presidenta de Argentina desde 2007, se caracteriza por un verbo apasionado.
En junio, calificó de «extorsión» el fallo que validó la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos a favor de los fondos especulativos, a los que también llamó «extorsionadores».
Al juez del caso, Thomas Griesa, lo descalificó en la Cumbre de Mercosur de Caracas el martes diciendo que «no es juez» porque no respeta «la igualdad ante la ley» y no resuelve de manera «igualitaria».
Militante centroizquierdista del peronismo, viuda de Néstor Kirchner, quien la antecedió en la presidencia, esta mujer sentó las bases de su carrera política en la provincia patagónica de Río Gallegos, donde nacieron su hijos, Máximo (1977) -quien la hizo abuela hace un año- y Florencia (1990).
Con amplia experiencia legislativa, ha hecho gala de su estilo más confrontantivo en esta disputa con cruces de opiniones políticas sobre las decisiones legales que se toman en Nueva York y que repercuten en la economía argentina.
Kicillof, el ministro transgresor
Axel Kicillof, el ministro de Economía nombrado por Kirchner en noviembre pasado, es un economista keynesiano que se opone al modelo ultra-liberal y uno de los hombres de mayor confianza de la presidenta.
De 42 años, exhibe un estilo personal en el que combina lo informal con lo académico.
Conocido como el artífice de la nacionalización de la petrolera YPF, expropiada a la española Repsol en 2012, Kicillof ha impuesto sus ideas de redistribución del ingreso y fuerte rol del Estado.
Como ministro, se ha destacado por acercar a su país a las instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Nacional (FMI) y el Club de París, luego de que Argentina quedara fuera de los mercados de capitales a raíz del default de 2001.
Kicillof fue dirigente de la organización marxista universitaria heterodoxa Tontos Pero No Tanto (TNT), ideología de la que no ha renegado hasta el momento.
Griesa, un veterano firme
Thomas Griesa, de 83 años, ha sido durante la última década el juez federal de la Corte de Nueva York encargado de atender las demandas y contrademadas del caso entre Argentina y sus acreedores con deuda en mora.
Designado por Richard Nixon en 1972, una vez que termine la disputa judicial con Argentina podrá jubilarse y partir al rancho de Montana donde suele pasar sus vacaciones.
Su fallo a favor de los fondos especulativos le valió recientes críticas de juristas que expresaron al diario The New York Times dudas sobre la «capacidad de comprensión» de Griesa de la magnitud de su decisión, e indicaron que ésta «no inspiraba confianza en el sistema judicial» de Estados Unidos.
Paul Singer, el especulador
Cuando los políticos reclaman la necesidad de «regular» y «transformar» el sistema financiero internacional se refieren precisamente a personajes como Paul Singer, el multimillonario estadounidense de 69 años especializado en comprar deuda de países como Perú, el Congo o Argentina cuando su valor se encuentra por los suelos para luego reclamar su precio nominal más intereses.
Presidente de Elliott Management Corporation, uno de los fondos que ganó el juicio contra Argentina en los tribunales de Estados Unidos, es psicólogo con una especialización en leyes en la Universidad Harvard y militante activo del Partido Republicano.
Su osadía en los negocios lo ha llevado a amasar una fortuna calculada en 1.500 millones de dólares, según la revista Forbes.
Como filántropo ha sido especialmente generoso con la causa a favor del matrimonio gay, en abierta oposición a sus correligionarios republicanos y en apoyo a un hijo homosexual que se casó en 2010 con otro hombre.