El episodio ocurrió en Texas, Estados Unidos, mientras Ariel Tolfree dormía. La adolescente se despertó debido a que empezó a sentir olor a quemado en su cama y no entendía a qué se debía. Hasta que finalmente levantó su almohada y observó que su teléfono celular se había derretido por completo.
«Todo el teléfono se derritió. El plástico, el vidrio… ni siquiera parece que fuera un teléfono», indicó el padre de la niña, Thomas Tolfree, en diálogo con el canal local de la cadena Fox.
Afortunadamente, Ariel no salió herida, pero se llevó un gran susto. El Galaxy S4 no tenía la batería original sino que ésta había sido cambiada por otra que el padre de Ariel le había instalado. Justamente, esa fue la parte del equipo que se sobrecalentó y se prendió fuego, según publicó el sitio especializado The Daily Dot.