Como una salida política consideró el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Milos Alcalay, la acción del reino de Holanda al aceptar las presiones de Venezuela para que Aruba acordara liberar al general Hugo Carvajal.
Señaló que quedó claro que la ley no amparaba al ex director de inteligencia, pero ese gobierno prefirió apelar a un estado de excepción para evadir consecuencias económicas y diplomáticas.
“Hubo una serie de reacciones desplegadas por el gobierno venezolano, amenazas de ruptura diplomática, de ruptura de relaciones económicas, de suspensión de vuelos… invocando al mismo tiempo la soberanía nacional, cuando cada Estado es soberano al designar a un cónsul pero también para rechazarlo”, señaló Alcalay a EL IMPULSO.
“La Cancillería de Holanda frente a esta situación prefirió salir del problema con una respuesta política, para escapar de una papa caliente. Si bien su posición fue muy clara al señalar que este señor no era cónsul, invocó el artículo 13 de la Convención de Relaciones Consulares, que es un artículo de excepción, para salir del problema que se estaba generando y que podía perjudicar el turismo, la economía y la marcha de relaciones normales de Aruba. Aplicó una situación de emergencia para jurídicamente resolver el tema de la detención, pero paralelamente lo declaró persona no grata, y al mismo tiempo le dictó una prohibición de pisar no sólo territorio de Aruba sino de otros territorios antillanos y de la misma Holanda, so riesgo de ser detenido”, afirmó el ex embajador.
Así mismo, Alcalay resaltó que Carvajal no era cónsul y por lo tanto no gozaba de prerrogativas y era sujeto activo del tratado de extradición, invocado por Aruba para detenerlo.
“Desde el pasado enero, cuando Venezuela notificó la solicitud de “execuator” o aceptación del nombramiento, el gobierno holandés se negó a autorizarlo. En diplomacia es muy extraño que un canciller diga no queremos a este funcionario, y el silencio prolongado es ya de por sí una negativa. El tribunal de Aruba actuó desde el punto de vista jurídico dentro de un tratado de extradición entre EEUU y Holanda, y este señor no podía invocar inmunidad diplomática porque la inmunidad es para ejercicio de las funciones consulares, y él no era cónsul. Ni lo fue antes, ni durante el juicio ni lo es ahora”, resaltó.
Mucho que desear
A la luz de los acontecimientos, el diplomático de carrera contrastó el episodio con la posición de respaldo asumida por Miraflores hacia Carvajal.
“Este recibimiento como héroe nacional se contradice con una situación que cualquier otro país vería con más pudor y cautela. Es una página muy vergonzosa porque efectivamente deja mucho que desear de la diplomacia venezolana”, dijo.
Por otro lado, Alcalay consideró que el incidente con Carvajal es parte de una historia que aún no termina, y que tanto él como otros funcionarios venezolanos señalados por vinculaciones con el narcotráfico, lo pensarán dos veces antes de salir de su área de protección.
“Yo creo que esto es una advertencia no solamente para Carvajal, sino también para otros imputados de la llamada Lista Clinton, quienes deberán cuidarse de salir a países que hayan suscrito un tratado de extradición con EEUU. Entramos en una nueva fase a nivel internacional, que es una historia que continúa y tanto Carvajal como los otros tienen hoy una espada de Damocles. Pienso que no se les ocurrirá salir como lo hacían anteriormente”.
