Cuando llueve sobre Barquisimeto, como ocurrió el sábado por la tarde y el domingo por la mañana, la ciudad se convierte en un verdadero caos, con calles y avenidas inundadas, derrumbes y desprendimiento de árboles en diferentes sectores.
Este fin de semana no fue diferente, como lo confirman las numerosas llamadas de emergencia recibidas en Protección Civil y Cuerpo de Bomberos desde diferentes sectores.
Hasta horas de la tarde del sábado continuaban los obstáculos, en especial restos de árboles y lagunas que impedían el normal desenvolvimiento del tránsito automotor.
En la subida de Santa Rosa, además de la ampliación del derrumbe allí existente desde hace meses, también cayó la rama de un árbol obstruyendo un canal de circulación.
También en la urbanización Santa Elena, cerca de las canchas de tennis, había restos de árboles, mientras en la avenida Lara, una vez más, debido a la obstrucción de los drenajes, se formó una gigantesca laguna que obligaba a muchos conductores a buscar rutas alternas ante el temor de quedar atascados en el sitio.
El problema allí no ha podido ser resuelto por las cuadrillas de Emica debido a que, supuestamente, los drenajes están tapados por restos de las guarimbas del mes pasado.
Aparentemente en ese organismo no cuentan con el equipamiento necesario para limpiar esas salidas de agua de lluvia por lo que se debe esperar que otro ente busque las soluciones necesarias.
Igualmente reaparecieron las del lado este del centro comercial Río Lama y la urbanización El Pedregal uno.
Igualmente este domingo sólo había paso por un canal de la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, en sentido norte-sur, cerca del semáforo, por la enorme charca que allí se forma cuando llueve.
En la intercomunal hacia El Cují y Tamaca, frente al Polígono de Tiro, en sentido norte-sur, una vez más se concentró el agua de lluvia provocando el ya normal congestionamiento automotor.
Problemas también hubo en varias calles y carreras del centro de la ciudad ante la imposibilidad de que las aguas circularan
Los peatones debían buscar sectores secos para cruzar las vías ya que hasta parte de las aceras se inundaron, como ocurre siempre que llueve.
Afortunadamente no hubo daños personales que lamentar, pese a haberse desprendido algunos techos y vallas publicitarias.
Una familia afectada fue la de Jeily Conde, residenciada en el caserío Patio Grande, carretera vieja hacia Yaritagua, cuya humilde vivienda se desplomó por la corriente de un buco.
La mujer, junto a sus dos hijos, quedaron damnificados y espera que este lunes desde la alcaldía de Palavecino le presten la ayuda necesaria para reconstruir su casita.