El gobierno se apresta a conmemorar este lunes el natalicio del fallecido expresidente Hugo Chávez en medio de una crisis económica y la polémica desatada por la detención temporal en Aruba de uno de los más estrechos colaboradores militares del extinto líder que fue liberado la víspera tras ser señalado de supuestos vínculos con el narcotráfico.
A dieciséis meses de su muerte Chávez sigue generando posiciones encontradas entre los venezolanos, incluso entre algunos de sus partidarios que en las últimas semanas han fustigado al presidente Nicolás Maduro y el resto de los dirigentes oficialistas a los que han señalado de «traicionar» el legado del exgobernante.
La celebración del natalicio de Chávez, que de estar vivo habría cumplido este lunes 60 años, coincide con el III Congreso del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, instalado hace dos días, y que ha sido utilizado por la dirigencia chavista para afianzar su liderazgo y llamar a la unidad para combatir las voces disidentes que se han alzado dentro de la organización para protestar contra la corrupción y exigir cambios al gobierno ante la crisis económica que afronta el país suramericano.
Maduro instó el domingo a los oficialistas, durante las deliberaciones del congreso que se extenderá hasta finales de mes, a retomar el «proceso popular constituyente» como eje fundamental del movimiento político.
Las celebraciones oficiales por el natalicio de Chávez se iniciaron la madrugada del lunes con un acto en el Cuartel de la Montaña, al oeste de la capital, donde reposan los restos del expresidente.
El gobernante encabezó, junto a su esposa Cilia Flores, el vicepresidente Jorge Arreaza y su esposa e hija mayor del fallecido líder, Rosa Virginia Chávez, y otros familiares, el festejo donde se cortó una inmensa torta, se cantó el «cumpleaños feliz», y se lanzaron fuegos artificiales. En el evento estuvo presente el expresidente de Honduras, Manuel Zelaya.
Maduro anunció que este lunes se realizará una concentración en memoria de Chávez a la que acudirán varios presidentes y primeros ministros en un estadio del oeste de la capital. El mandatario de Uruguay, José Mujica, confirmó su asistencia al evento, indicó la agencia estatal de noticias venezolana.
Como parte de los festejos los habitantes de la populosa barriada pobre del 23 de Enero, en el oeste de la capital, han organizado para este lunes una concentración en una capilla que se levantó en honor a Chávez a donde le llevarán tortas y flores, indicó a la AP Elizabeth Torres, una de las organizadoras del evento.
El pequeño santuario, llamado «Santo Hugo Chávez del 23», está a un lado de la entrada del Cuartel de la Montaña donde están los restos del fallecido gobernante que murió el 5 de marzo del 2013 tras combatir por casi dos años un cáncer.
«Siento que Chávez está vivo, que sigue presente entre nosotros por todas las cosas que él hizo. Muchas cosas que él hizo marcaron los corazones y las mentes de todas las personas», afirmó Yeison Robles, un vendedor de pescado en un quiosco estatal del 23 de Enero, al asegurar que el exgobernante sigue presente entre sus seguidores a más de un año de su deceso.
Robles, de 19 años, admitió que los graves problemas que afrontan los venezolanos por la galopante inflación, que alcanzó en mayo una tasa anualizada de 60,9%, el desabastecimiento de algunos alimentos y bienes básicos, y la creciente delincuencia, «ponen en riesgo» el proceso socialista emprendido por Chávez, pero sostuvo que los chavistas están dispuesto a enfrentar esa situación «haciendo revolución, (y) seguir teniendo conciencia revolucionaria».
«La situación del país es malísima, pésima, porque este gobierno no sirve. Estos comunistas nos tienen en la bancarrota, nos están arruinando», comentó molesto Eduardo Fernández, un jubilado de 71 años, tras realizar junto a su esposa un largo recorrido de varias horas por un mercado estatal del este de la capital donde aseguró que no encontró aceite vegetal ni harina de maíz precocido.
Desde el 2006 los venezolanos vienen enfrentando problemas de desabastecimiento, pero en los últimos meses la escasez de algunos alimentos y productos básicos se ha agudizado debido a que el gobierno redujo la venta de divisas oficiales lo que le ha impedido a muchas empresas comprar en el exterior materias primas, repuestos y equipos, afectando sus actividades de producción.
«Lo que vivimos hoy es la consecuencia del mal gobierno de él (Chávez)», dijo Fernández al quejarse de la desbordada inflación y la escasez de alimentos, e indicó que los venezolanos no tienen nada celebrar este lunes ante la compleja situación del país.
El jubilado expresó que el modelo socialista emprendido por Chávez, que gobernó en país entre 1999-2013, está destinado a «desaparecer», y agregó que «si no desaparece ese proyecto político desaparece Venezuela lamentablemente».