Servicios quedan sin especialistas, posgrados desiertos por la falta de postulaciones en las diferentes ramas médicas y con ello la salud en el país se deteriora, no sólo en los centros hospitalarios públicos, sino también en los privados.
La migración de los talentos médicos, profesionales en el área de la salud que, buscando mejores oportunidades laborales, pasan de los servicios públicos a los privados y posteriormente deciden marcharse hacia otros países para poder desarrollar su profesión con la calidad que corresponde.
Oficialmente no se conoce con exactitud la cantidad de médicos que han emigrado del país, principalmente a España, Australia, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, la Federación Médica Venezolana estimaba que desde hace tres años unos cuatro mil médicos se habrían marchado hacia estos países, de los cuales al menos 500 profesionales pertenecen al estado Lara.
Para el secretario general del Colegio de Médicos del estado Lara, Luis Chacón, son numerosas las causas de la emigración de los médicos generales, residentes y especialistas del país, no sólo por factores de causa económica como podría pensarse, sino que además el éxodo se atribuye a la falta de oportunidades para ejercer la profesión, la inseguridad y la violencia que se vive en los hospitales y ambulatorios, influyendo también la percepción colectiva de pérdida del antiguo prestigio profesional, la erosión progresiva de las condiciones laborales, el deterioro de los hospitales, la falta de insumos, equipos y medicamentos, así como el maltrato reiterado de las autoridades que no atienden las necesidades del gremio.
“Los médicos buscan en otros países lo que en su tierra natal no tienen. Venezuela atraviesa una grave crisis del sector salud nunca antes visto en la historia, con la falta de insumos, problemas de sueldos, falta de mantenimiento preventivo de los equipos, bajos salarios y en especial por la inseguridad en los centros.
Todo ello se suma a la gran incertidumbre que ha provocado el Gobierno en la carrera médica, con una legislación que en lugar de generar oportunidades para el talento que se forma en las prestigiosas universidades tradicionales, crea programas paralelos de formación, sin ningún respeto del marco jurídico establecido en la Ley del Ejercicio de la Medicina, el Código de Deontología Médico, la Ley Orgánica del Trabajo y la Constitución de la República”.
Todo ello, conlleva a un déficit de profesionales que deja servicios abandonados, inoperantes por falta de médicos. En la actualidad anestesiólogos, psiquiatras, neurólogos, cirujanos en diferentes especialidades, además del inicio del déficit de especialistas de medicina interna, pediatría, ginecología y cirugía general, afectan el sistema de salud como reflejo de esta migración.
El nivel privado también sufre las consecuencias, encontrando dificultades para conseguir médicos que atiendan la alta demanda de atención que ahora poseen, debido al deterioro de la red pública.
“Los cursos de postgrado quedan desiertos, espacios donde se forman los especialistas, quiere decir que en el futuro se acentuará la falta de médicos en todo el país”.
Para los representantes de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Hcamp, la salida del país de los profesionales del sector salud representa una oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Al destacarse en hospitales con una dotación insuficiente, sin equipos adecuados y en condiciones de crisis, se muestran altamente capacitados para enfrentar las dificultades menores que pueden suscitarse en los centro de salud de países en donde la tecnología y la dotación son indispensables, sin ninguna falta y al servicio de la ciudadanía.
Sin regreso
El principal incentivo para que los médicos regresen, es el mejoramiento de las condiciones
ocioeconómicas del país. Para el Dr. Chacón “la mayoría se va porque siente que Venezuela ya no tiene qué ofrecerles más que inseguridad socioeconómica y política. Por eso tampoco querrán regresar si no ven un cambio en su país que incluyan puestos de trabajo bien remunerados y que estimulen sus capacidades profesionales”.
El presupuesto nacional abarca un monto de 600 mil millones de bolívares de los cuales, según la Organización Mundial de la Salud, debería destinarse el 10% de los recursos al sector salud, es decir entre 80 y 120 millones de bolívares. Sin embargo, en Venezuela se destinan menos de 50 millones, trayendo como consecuencia toda la problemática que vive la red hospitalaria nacional, explicó el secretario general del Colegio de Médicos larense.
A este desequilibrio, se suma la dificultad para la adquisición de divisas que permita a los importadores de insumos dotar a los centros y laboratorios de equipos, medicinas e insumos, lo cual empeora aún más la atención en salud pública y privada, razones que mantienen a los profesionales de la medicina haciendo planes para buscar nuevos espacios de trabajo fuera de nuestras fronteras.
Fuga de cerebros
Parte de las razones que se consideran al tomar la decisión de emigrar es la poca posibilidad o esperanza de crecer profesionalmente.
El investigador y presidente de la Fundación Unimet, Jaime Requena, define en su libro “Medio siglo de Ciencia y Tecnología en Venezuela” que: el desperdicio de talento implica el uso ineficiente del recurso calificado y generalmente antecede a la clásica fuga. Esta modalidad incide negativamente en el ámbito profesional, por la vía de la frustración, cuando el nuevo trabajo implica un cambio en la actividad profesional o la realización de labores que exigen un menor grado de competencia de las que posee”.
Señala además que es conocido que muchos de los mejores talentos profesionales, han sido captados por centros de investigación y universidades de otras latitudes.
Ellos han sido atraídos principalmente por la formidable infraestructura de trabajo que les permite multiplicar su rendimiento intelectual y personal, llevándolos a alcanzar grados de desarrollo profesional muy superiores a lo que podrían obtener dentro de nuestro medio. Si a eso se le suma un reconocimiento social libre de mezquindades y una mejor remuneración, se empieza a arribar a un bosquejo de las causas del problema sociológico conocido como la “fuga de cerebros”.
“Cada vez que perdemos un médico, se pierde un profesional de alto nivel de preparación y con una conciencia de formación y actualización constante. Es un factor importante de bienestar sanitario para la sociedad y es un indicador de desarrollo”, explica Requena.