Mario Testino, podría decirse, no necesita presentación. De igual forma, sus fotografías se encuentran por todo el mundo. En revistas de moda y museos por igual. Es uno de los más recurrentes en la revista Vogue (en casi todas sus ediciones del mundo), es el preferido de Madonna quien posó para él, por nombrar una de las sesiones, haciendo de Evita para Vanity Fair. Así, celebridades, “It girls” y socialités han sido capturados por el lente de Testino.
Las obras del peruano recorren un universo que se contradice magistralmente, es decir, puede perfectamente enfocar su objetivo hacia la realeza británica y el resultado será sobrio e impetuoso. Otras veces, fotografiará a Kate Moss y osará interpretar la justa libertad creativa de la modelo británica, quien para nada niega sus orígenes de “rebeldía” espontanea. Él puede darse el lujo de hacer retratos inmaculados y, otras veces, puede jugar a dilucidar el arte barroco en páginas de revistas de moda, simplemente porque cuando se tienen las herramientas creativas no hay porqué encasillarse en moldes predeterminados.
Otra de sus musas fue la carismática Lady Di, para ella, además de amigo personal fue fotógrafo oficial, de hecho, una de las últimas imágenes de la princesa de Gales fue tomada por el peruano, aún así, la historia con la realeza del Reino Unido no terminó con la desaparición física de la princesa, pues también retrató al príncipe Harry al cumplir sus 18 años y más adelante a los novios, William y Kate Middleton.
“Es un alma libre, desbordante y curiosa”, decía el fotógrafo acerca de su eterna musa Kate Moss, sobre la cual también publicó un libro que rememora sus mejores poses. Aquella línea podría perfectamente estar hablando de sí mismo, tiene las cualidades para que le llamen “el mejor fotógrafo de moda aún vivo” y, sin embargo, trasciende las líneas de aquel que se conoce por su oficio. Se trata de una leyenda viva, un artista en todas sus letras.
Entonces, si retrocedemos en el tiempo, tendríamos que voltear la mirada hacia Perú, un país que además señala los orígenes de la civilización del continente americano. Y donde Mario Testino intentó estudiar Ciencias Económicas para simplemente darse cuenta que lo suyo tenía que ver con la expresión artística. “Fui a una academia de fotografía para obtener un título oficial y me di cuenta de que la única clase de fotografía que me interesaba era la de moda. Desde niño me obsesionaba la ropa. La idea de representar una personalidad por la manera de vestir me atraía incluso sin cámara, por lo que imagino que aunque, en apariencia, encontré por casualidad mi camino hacia la fotografía de moda, existía, retrospectivamente, un elemento de destino y deseo”, afirmó.
Y como volver puede ser otra forma de reencontrarse, decía Benedetti, el peruano así lo hizo, volvió a sus raíces para abrir el Museo Mario Testino (MATE) en el distrito de Barranco en Lima. “Mi idea original al abrir este espacio en Perú fue traer mi obra a vivir en mi propio país y que la gente pueda ser dueña de ella”, le comentó a la BBC.
La colección que exhibe en el museo es una epítome de fotografías de habitantes de las montañas de Los Andes vistiendo los trajes tradicionales con gloriosos colores y la herencia cultural que retrató espléndidamente, quien no demora en afirmar: “Tenemos la más grande variedad de vestuarios en nuestras montañas, pero como vemos esta gente por ahí cotidianamente, no le prestamos atención, así que decidí ir, fotografiarlos y documentarlo”.
