Durante los cinco meses de protestas que se registran en la capital del estado Lara, la desarrollada la tarde y noche del jueves fue distinta al resto, por la crudeza en los ataques por parte de funcionarios de la Guardia Nacional contra personas que nada tuvieron que ver en los hechos.
Así lo señaló el ciudadano Rafael Mendoza, habitante de la urbanización Fundalara, al este de Barquisimeto, tras señalar que jamás había sido víctima de sesenta y ocho bombas lacrimógenas en su casa, como si se tratara de la guerra que mantiene Israel contra Palestinos en la Franja de Gaza.
Precisó que los guardias nacionales excedieron sus fuerzas en el control de la protesta y arremetieron con todo en la referida urbanización, concretamente entre las calles Capanaparo y Orinoco, dejando una estela de personas afectadas que todavía ayer viernes no podían respirar con normalidad, por los gases tóxicos lanzados sin control.
Acotó que se trató de una exageración de los castrenses lanzar la injustificada cantidad de bombas hacia el interior de las viviendas, y un flagrante irrespeto a los derechos humanos, cuando la manifestación era en plena vía pública, y además era pacífica. Una de las personas que quedó afectada y que debe llamar poderosamente la atención de las autoridades competentes es un niño de apenas un añito y medio de edad, puntualizó.
Detalló que este bebé no soportó los efectos de los gases y tuvo que ser sacado de emergencia para un centro asistencial de salud, ya que le dio un ataque de asfixia.
En este sentido, le hizo un llamado a los representantes del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente para que tomen las correspondientes cartas en el asunto, a fin de que estas acciones cesen en favor de la integridad física y por el interés superior del menor, amparado por la Ley Orgánica del Niño, Niña y Adolescente (Lopna).
Lamentó también el estado de salud en el que quedaron varias personas de la tercera edad que habitan en el lugar, quienes estuvieron envueltos en la nube de humo químico desde las 4:00 de la tarde hasta las 9:30 de la noche.
Sostuvo que en esta oportunidad, los guardias nacionales habrían utilizado otro tipo de gas más perjudicial que les prolongó por mayor tiempo los efectos de ardor, picazón y lagrimeo. “Arremetieron en nuestras casas con total ensañamiento como si fuéramos los manifestantes”, reprochó. Expuso que varios funcionarios se montaron sobre los techos y partieron un importante número de tejas.