Los tenderos dicen que estaban sentados el miércoles frente a sus negocios cerrados, tomándose un respiro luego de estar guarecidos por los combates, cuando un cohete israelí cayó en una mezquita cercana y dejó un camionero muerto.
Además, 45 personas quedaron heridas. Uno de los lesionados por la metralla dijo desde una camilla en un hospital que no hubo aviso del ataque.
Israel ha defendido ese tipo de golpe contra instalaciones civiles _casi 500 viviendas, 16 mezquitas y por lo menos dos hospitales, según cifras de los palestinos_ bajo el argumento de que el grupo extremista Hamas oculta armas y combatientes en esos lugares, o que esos túneles que llegan hasta Israel comienzan en esas ubicaciones.
El estadio judío afirma que defiende a su población civil de ataques con cohetes y otras armas desde Gaza, y que hace el mayor esfuerzo por minimizar las bajas entre los civiles palestinos.
Pero tres cuartas partes de los palestinos abatidos en más de dos semanas de combates entre Israel y Hamas han sido civiles, según cifras de las Naciones Unidas. Y uno de cada cuatro es un niño, indican.
Un funcionario de salud palestino dijo que la cifra de muertos es de 695, además de 4.100 heridos, y que las bajas civiles han aumentado significativamente desde que Israel envió tanques y soldados a esa zona la semana pasada en su primera operación terrestre en cinco años.
Israel no ha emitido reportes de bajas, pero el teniente coronel Peter Lerner, un portavoz militar, dijo el miércoles que 210 milicianos en Gaza han sido muertos desde que comenzó la ofensiva terrestre.
Las fuertes bajas civiles dejan a Israel cada vez más vulnerable a acusaciones de fuerza excesiva y de potenciales acusaciones de crímenes de guerra, aunque las autoridades israelíes han centrado su discurso en los ataques con cohetes desde Gaza.
Aunque la mayoría de los cohetes han sido interceptados y los daños causados no han sido grandes, la indignación por ellos ha sido fuerte entre los israelíes. Sólo en días recientes ha comenzado la opinión pública a centrarse más en la devastación en Gaza y la desproporción en la respuesta israelí.
Navi Pillay, alta comisionada de derechos humanos de la ONU, dijo el miércoles que algunos ataques israelíes recientes, incluidos los realizados contra casas y un centro de cuidados para discapacitados, plantean «una fuerte posibilidad de que se hayan infringido las leyes internacionales de una manera que pudiera constituir crímenes de guerra».
Pillay también condenó los ataques indiscriminados de Hamas contra los civiles israelíes _como los aproximadamente 3.000 cohetes disparados desde el 8 de julio, que han matado a tres civiles israelíes_ y dijo que almacenar equipo militar en áreas civiles o lanzar ataques desde ellas es inaceptable.
Pero agregó que «las acciones de una parte no absuelven a la otra de la necesidad de respetar sus obligaciones a tenor con las leyes internacionales».
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó el miércoles el establecimiento de una comisión independiente para investigar posibles violaciones de las leyes internacionales en el conflicto.