Lo ultiman en la puerta de su casa

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“Papito llévame contigo, no puede ser, tú eras todo de nosotros nos diste todo…”, gritaba una de las hijas de Manuel Ramón Barrios Gavidia (68), al verlo tirado sin vida, en la acera frente a su casa en la calle 37 entre carreras 28 y 29.

Ana Dorante, abrazaba el cuerpo del sexagenario quien estaba cubierto con una sábana. Ella no paraba de llorar, mientras los hijos de la víctima le quitaban sus zapatos y algunas prendas como cadenas y anillos.

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La dama cuenta que su pareja, con quien tenía tres años, le había dicho que iba a la esquina a hacer una diligencia, pero ya regresaba. Al cabo de un rato Dorante sintió que estaban tocando el timbre de forma desesperada. Cuando ella fue a abrir, escuchó una gran detonación y su esposo cayó al suelo.

Ella corrió, porque Manuel Ramón aún tenía vida, levantaba su mano, pero no hablaba, Dorante gritaba, pero ninguna persona le prestaba auxilio. Corrió hacia adentro de la casa a llamar al hijo de la víctima y a la señora de la casa y cuando volvieron a salir era tarde, había muerto.

Dorante comenta que ella no vio nada, sólo a su esposo tirado y cree que lo venían siguiendo, pero unos testigos indicaron que par de motorizados serían los que ejecutaron el crimen.

Un disparo en el cuello fue lo que acabó con la vida del comerciante, quien según informaron sus hijos se ganaba la vida vendiendo zapatos al mayor y no tenía problemas con nadie y mucho menos enemigos.

Por la forma como se dieron los hechos funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc, no descartan una venganza y según los registros policiales la víctima fatal era conocido como “El Norteño”, con dos registros policiales, los cuales constan en la página del Tribunal Supremo de Justicia, uno del 2003 por homicidio culposo en accidente de tránsito y del 22 de marzo del 2005 por el delito de droga, por el cual fue penado a 3 años y 6 meses, pena que cumplió en su morada.

Dos damas pierden la vida

En distintos hechos fueron asesinadas dos damas.

La primera fue Ana Cecilia Pérez Reyes (30), quien el 7 de marzo, fue baleada en el sector 19 de abril de El Jebe, cuando presuntamente se negó a que la robaran en su puesto de comida rápida. Ella fue internada en el Hospital Central Antonio María Pineda y tras cuatro meses murió.

La segunda víctima fue Aries Mayerlin Frontado (20), a quien a las 11:30 de la noche del martes le dispararon en la cabeza. La dama deja huérfanos a cuatro pequeños, tres varones y una niña.

El hecho se registró en su casa, en la comunidad Renacer Crepuscular, al oeste de la ciudad. Algunos vecinos indicaron que sólo se escuchó un disparo, y nadie salió. Aseguraron no conocer casi a la víctima e indicaron que los niños comían en un comedor porque la dama siempre estaba trabajando.

Alfredo Frontado, padre de la víctima, indicó que tenía dos años sin ver a su hija que era la menor de nueve hermanos y se enteró de lo sucedido porque el padre de los niños le avisó.

En otro hecho fue ultimado José Derenzuela (18) en la avenida 14 con calle 9 el barrio La Ermita de Quíbor a las 9 de la noche del martes, por dos sujetos en una motocicleta.

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