El secretario norteamericano de Estado, John Kerry, afirmó el miércoles que hay «avances» con miras a una tregua para cesar el baño de sangre en Gaza, y la autoridad de la aviación estadounidense levantó la prohibición de vuelos a Israel.
«La FAA (Agencia Federal de Aviación) levantó sus restricciones a las líneas aéreas estadounidenses de volar desde y hacia el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, al anular una instrucción a los aviadores que había renovado hoy más temprano», dijo la oficina en un comunicado.
Según los servicios de socorro palestinos, 18 palestinos murieron la mañana del jueves, incluidos niños, en el bombardeo de Gaza y son al menos 718 los palestinos muertos en 16 días. En el mismo lapso han muerto 32 soldados y dos civiles israelíes, además de un trabajador tailandés alcanzado por el miércoles por un cohete.
Ningún cohete fue lanzado desde la Franja de gaza a territorio israelí la noche del miércoles al jueves, según el Ejército israelí.
Mientras se intensifican los esfuerzos estadounidenses y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para detener el conflicto más mortífero entre ambas partes desde 2009, Hamas reiteró su exigencia de que Israel levante el bloqueo que impone a Gaza desde hace años como paso previo a cualquier tregua.
El líder del movimiento islamista palestino, Jaled Mechaal, dejó claro este miércoles, en rueda de prensa en Catar, que Hamas «no tiene objeciones» a las iniciativas diplomáticas con vistas a una tregua, pero la condición para alcanzarla es «la suspensión de la agresión» contra la Franja de Gaza y «el levantamiento del bloqueo».
En Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU acordó crear una comisión internacional para investigar posibles violaciones de derechos humanos durante la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
Poco antes de la votación, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció los ataques «indiscriminados» de Hamas contra zonas civiles, al tiempo que pidió una investigación sobre posibles «crímenes de guerra» cometidos por Israel, en una reunión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
«Existe una alta posibilidad de que se haya violado el derecho humanitario internacional, lo que podría constituir crímenes de guerra», dijo Pillay, citando como ejemplo la destrucción de casas y los civiles muertos, entre ellos numerosos niños, como resultado de la operación israelí en Gaza.
Para ayudar en los esfuerzos diplomáticos, el titular de la diplomacia británica, Philip Hammond, se entrevistó con Abas en Ramalá y defendió, más allá de un alto el fuego, la instauración de «una solución estable para una paz entre palestinos e israelíes».
Si la comunidad internacional coincide en denunciar los lanzamientos de cohetes por Hamas, también se multiplican las críticas a Israel por un bombardeo de Gaza que causa esencialmente víctimas civiles en una porción de suelo de 362 km2 donde se amontonan en la miseria 1,8 millones de almas sometidas a un bloqueo por Israel desde 2006.
Presente en la reunión de la ONU en Ginebra, el ministro palestino de Exteriores, Riyad el Malki, acusó a Israel de «perpetrar un crimen contra la Humanidad».
Israel denunció la decisión del Consejo de Derechos Humanos y sostuvo que debería investigar más bien «la decisión de Hamas de transformar los hospitales en centros de mando militar y las escuelas en arsenales».
El jefe de la diplomacia estadounidense, que llegó el miércoles a Israel, buscaba por su lado lograr un alto el fuego entre el Estado hebreo y el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza.
«Sin duda, hemos dado algunos pasos, pero aún queda mucho trabajo», declaró Kerry durante un encuentro con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Luego de reunirse en Jerusalén con Ban Ki-moon y en Ramala (Cisjordania) con el presidente palestino Mahmud Abas, Kerry se entrevistó en Tel Aviv con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, antes de viajar de nuevo a El Cairo.
Ban Ki-moon viajó a su vez a Yedá, donde fue recibido por el rey de Arabia saudí para hablar, entre otros temas de «la situación en Gaza».
Se reanudan los cohetes
El ejercito israelí, que ha registrado sus mayores pérdidas desde la guerra contra el Hezbolá libanés en 2006, destacaba el éxito de sus operaciones, en especial en Shejaiya, un suburbio de la ciudad de Gaza (en el norte de la Franja), donde los bombardeos mataron a 70 personas.
«Durante las últimas 24 horas la situación está más bajo control», dijo el portavoz del ejército, Peter Lerner, y señaló la disminución de los lanzamientos de cohetes del movimiento islamista contra Israel, que incluso se interrumpieron a las 21h00 locales.
Desde el inicio de las hostilidades el 8 de julio, se han contabilizado 1.700 impactos de cohetes en territorio israelí y 420 proyectiles han sido destruidos en el aire.
El objetivo anunciado por Israel es desarmar a Hamas, poner fin al lanzamiento de proyectiles, destruir los túneles utilizados por los islamistas y detener las «infiltraciones» en Israel de combatientes palestinos.
Vuelos anulados
Israel intentaba organizarse después de que varias compañías aéreas prolongaron el jueves la suspensión de sus vuelos con Tel Aviv por razones de seguridad. Un cohete impactó el martes cerca del aeropuerto internacional de la ciudad israelí.
El movimiento palestino Hamas calificó el miércoles de «gran victoria» la suspensión de los vuelos internacionales desde y hacia Israel por temor a disparos de cohetes palestinos.
Las autoridades israelíes ordenaron la apertura de un aeródromo en el sur del paísy la compañía aérea El Al anunció que aumentará el número de sus vuelos.
El presidente israelí, Shimon Peres, estimó que el cese de vuelos «se traducirá en más disparos de cohetes y en un peligro mayor no solo (para Israel) sino para el mundo».