Lectura Vocativo

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Agradezco al oportuno duende que colocó la preposición “por” antes del vocativo ¡Amor!, palabra con la cual comenzaba mi columna del martes ocho del corriente, titulada “ENTRE NOSOTROS”. Esa preposición fue muy oportuna para mí porque iluminó mi mente para dar a conocer aspectos del castellano que han dejado de saberse porque ya no se enseñan.
La palabra ¡Amor!, entre signos de admiración es un sustantivo cuya función es la de ser una invocación, es decir, invoca. El idioma castellano es una lengua flexiva. Esas flexiones en el contexto de la oración tienen sus nombres: nominativo, referido al nombre o palabra que en la oración haga de núcleodel sujeto; genitivo, referido al complemento nominal de la oración; acusativo, referido al complemento directo del predicado; dativo, referido al complemento indirecto, igualmente del predicado; ablativo, referido al complemento circunstancial; vocativo, con ese carácter tan especial suyo de invocar, de mandar, de llamar, de suplicar, no guarda ninguna relación con los componentes de la oración. Por esta razón, el vocativo se construye sin preposiciones. “Por”, en este caso estorba la función del vocativo ¡Amor! con el cual iniciamos la crónica.
El vocativo, por sí, tiene un valor oracional; no necesita de las preposiciones porque, como en líneas anteriores lo decimos, no guarda ninguna relación con los componentes de la oración. De modo que es un gesto muy hermoso del duende que descubrió en mí que tenía estas cosas para informarlas.
El vocativo puede ir colocado al comienzo de la oración, y en esta situación se le separa con una coma; es la posición más frecuente en el uso del vocativo en la oración. Cuando se lo coloca en medio de la oración, entonces, el vocativo va entre comas: una coma antepuesta y la otra coma pospuesta. También se lo puede colocar al final de la oración, y en este caso, se antepone una sola coma.
De modo que, en este caso, mis dormidos conocimientos acerca del idioma, que no son tantos, pero que sí pueden serles útiles, estaban allí, pero sin su necesaria aplicación.
Estos aspectos de nuestro idioma son desconocidos; no porque no existan, de modo general se conocen como “casos”. Son seis los casos, pero aun cuando no se conozcan porque no se les enseñe, ellos están allí en la oración. Forman parte de ella. En el caso del idioma si se mutila su enseñanza, como es la realidad de la conjugación de los verbos y el conocimiento de los casos, nuestro esplendoroso idioma se reciente. No faltará quien no esté de acuerdo, pero bien, cada cual lo suyo.

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@carlosmujica928

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