Imágenes donde se rinde culto al expresidente Chávez, la personificación del Estado en una persona y propaganda al proceso socialista, son factores que el Gobierno utiliza para instaurar un pensamiento único a través de la hegemonía comunicacional en las escuelas, en este caso mediante la Constitución ilustrada, texto correspondiente a la serie de libros de la Colección Bicentenario.
Así lo considera el profesor Tulio Ramírez, a partir de su teoría de la Iconografía del autoritarismo. El catedrático, quien es coordinador del doctorado de Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y presidente de la asociación civil Asamblea de Educación, elaboró una exhaustiva investigación que desprendió argumentos asociados al abuso de poder.
Cabe recordar, este libro forma parte del conjunto de textos elaborados por el Estado para las escuelas, lo cual inició desde el 2011. Comenzaron a llegar a los planteles en el año escolar 2012 – 2013. El objetivo de este contenido complementario es hacer que los infantes conozcan la Carta Magna a través ilustraciones que pudiesen ser atractivas para su capacidad de aprendizaje.
El primer elemento que resalta Ramírez en su indagación se refiere al culto de la personalidad del expresidente Hugo Chávez, a quien muestran como el único símbolo de la nación, la revolución y representante genuino del pueblo; así como también creador y artífice de la Constitución Nacional.
“A través de un contenido muy manifiesto se resalta el culto a la personalidad de Chávez, donde se muestra como el protector de la patria, se le atribuyen poderes míticos y extraordiarios, continúa la misión de los libertadores, su imagen se asocia a una visión militarista de la sociedad y se presenta como afectuoso, castigador, proveedor y vengador”, precisó.
“Asimismo, manejan la idea que la Constitución fue realizada por este líder, lo cual es totalmente falso ya que todos sabemos que la Constitución fue producto de una Asamblea Constituyente, donde convergieron factores de distintas posturas políticas y filosóficas para su elaboración a partir de acuerdos articulados”, prosiguió.
En tal sentido, opina que estos contenidos buscan constituir un elemento de cohesión con el líder ya fallecido, para que las nuevas generaciones rindan culto al proyecto político del Socialismo Bolivariano.
“En los dibujos se exhibe el interés de colocar a Chávez de la misma magnitud que Simón Bolívar; por ejemplo, nos encontramos con una imagen donde el Libertador le entrega la espada a este caudillo para continuar con el proceso de liberación que él inició en el siglo XIX”.
El catedrático analizó que se presenta el elemento del gigantismo a través de las ilustraciones, pues se refleja la imagen del líder venezolano con una estatura muy superior a la del resto de los mortales. Un rasgo caracterísitco en la iconografía de los regímenes populistas y autoritarios.
“Yo me di la tarea de estudiar la iconografía de Mao Tse Tung, Benito Mussolini, Stalin, Hitler, Evita Perón entre otros, y encontré que también utilizaron textos escolares para afianzar su proceso político. Las iconografías que encontré allí son similares a las imágenes de la Constitución Ilustrada, donde se muestra el gigantismo de Chávez y Maduro por encima del pueblo venezolano; es decir, el líder por encima del resto de los mortales”.
Según Ramírez, en los textos se evidencia la personificación del Estado venezolano, cuando realmente es una institución apegada a los derechos de todos los ciudadanos.
“Existe una imagen donde aparece una persona con camisa roja protegiendo a la gente de unos supuestos malvados, y la camisa dice: Estado Venezolano. Es decir, que quieren mostrar que el Estado no es una institución, sino que es una persona”.
En este texto, se plantea la unión cívico militar como un proceso de integración de la sociedad, sin embargo este concepto no aparece reflejado en la Constitución Nacional.
“Existe una gran cantidad de imágenes que exaltan la visión militarista, donde hay gente que se inscribe en una circunscripción militar, quienes entran como diferentes y salen como iguales, todos uniformados. Este es uno de los principios y valores que la revolución ha tratado de impulsar para justificar la injerencia de lo militar dentro de la administración pública y en los asuntos del Estado”, criticó el especialista.
-¿Este texto puede modificar los procesos cognitivos del alumno?
-Es difícil determinar su efecto inmediato. No me atrevería a decir que el impacto puede perjudicar el proceso cognitivo de los muchachos por el hecho de prefigurar lo que consiste el Estado y las instituciones. Simplemente pienso que todo depende del docente, quien debe instruir a sus alumnos con valores y respeto a las corrientes de pensamiento, respondió el catedrático.
Como reflexión final, explicó que los recursos escolares deben estar abiertos a todas las corrientes de pensamiento, fomentando al espíritu crítico y respeto a todas las visiones ideológicas.
“Yo no me opongo que un sector le rinda culto a un dios, a un líder, a una institución o a una idea; lo que me opongo es que intenten que toda la sociedad le rinda culto al actual proceso político a través de la Constitución. Eso es un abuso de poder porque la misma Carta Magna promueve la libertad de culto. La educación en Venezuela es laica, y la laicidad no solamente tiene que ver con la injerencia de lo religioso en lo educativo, sino también de planteamientos filosóficos y políticos que pretendan ser los únicos influyentes en la sociedad”.