El gremio larense de industrias y comercio solicita al gobierno regional y al Concejo Municipal de Iribarren iniciar un diálogo responsable y respetuoso en el cual se debata la propuesta de cambio de uso de las zonas industriales 0 y I a zona residencial, planteado en el Proyecto de Reforma de la Ordenanza del Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) de Iribarren.
“Convocamos a una Gran Mesa de Diálogo, sentarnos todas las partes involucradas para generar soluciones al problema de las industrias y crisis habitacional que plantean, con miras en las consecuencias que podría traer una arbitrariedad de este tipo”, comentó Alberto Gámez de Fedecámaras Lara.
En compañía de Carlos Anzola, presidente de la Cámara de Industriales; Frank Mendoza, presidente de la Cámara de Contrucción; Jesús Enrique López, presidente de la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales de Lara (Capmil) y Álvaro Entralgo, presidente de la Cámara de Comercio, Gámez señaló que a pesar de haber realizado diversas solicitudes de reunión, no han sostenido un encuentro formal con los concejales, a fin de discutir el referido cambio de uso que afectaría más de 5.000 empleos directos.
Sobre la inhabitabilidad de galpones de las zonas industriales 0 y 1, que supuestamente son utilizados como depósito, según denuncias de representantes del PSUV, señalaron que allí laboran más 380 empresas, que verían su futuro comprometido de aprobarse esta modificación. Temen que de proceder el referido cambio de zonificación, esta acción también se replique con la Zona Industrial II, donde incluso hacen vida empresas de la administración pública.
Imposibilidad de uso residencial
Entralgo recordó que esta zona industrial fue diseñada geográfica y logísticamente para tal fin, con tuberías de agua de 300 pulgadas por ejemplo, y que además los ruidos, olores y dinámica propia de la actividad industrial difícilmente armonicen con el uso residencial que se pretende plantear en la reforma de ordenanza de PDUL, por lo cual dicha propuesta resultaría en más problemas que soluciones, recordando también que no se ha estimado un espacio habilitado hacia el cual puedan trasladarse estas industrias.
Frank Mendoza señaló como solución el planteamiento y reorganización de la Zona de Compresión como zona residencial, a fin de generar más soluciones habitacionales. Calificó la propuesta de cambio de inconsulta y sin fundamento, puesto que generaría pérdidas económicas y productivas, que se sumarían a la falta de materia primera y desabastecimiento del país.