La oportunidad le llegó finalmente al entrenador Noel Sanvicente. El DT más ganador del balompié venezolano -siete títulos- será anunciado en las próximas horas como director técnico de la selección de Venezuela, con la esperanza de que pueda conducirla a un papel decoroso en las próximas ediciones de la Copa América -se jugará una en 2015 y otra en 2016- pero sobretodo llevarla a la anhelada clasificación mundialista.
Sanvicente fue la opción seleccionada por el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), Rafael Esquivel, y el comité de selecciones, tras un largo período de espera, luego de la renuncia de César Farías en noviembre del año pasado. Sonaba en los últimos días el nombre del brasileño Dunga, con quien se habría reunido Esquivel durante el recién finalizado Mundial de fútbol, pero éste fue nombrado coordinador de selecciones de Brasil y automáticamente quedó descartado para el cargo.
El nombramiento no es oficial. Ayer se corrió la versión de Sanvicente como seleccionador nacional, pero la FVF no confirmó, ni desmintió. Eso sí, hizo la convocatoria para una rueda de prensa a realizarse este jueves (11.00 am), un encuentro que aprovecharía para hacer la presentación de Sanvicente, una especie de candidato del pueblo, toda vez que tenía la simpatía de la afición y también del periodismo, y que se ha ganado el puesto a puro mérito, después de ganar un par de estrellas con el Zamora, al que convirtió en campeón absoluto y contundente, pese a no tener la constelación de nombres que manejó, por ejemplo, cuando dirigía en Caracas.
El DT de 49 años, un volante de primera línea muy recio en sus tiempos de jugador, parecía apartado de la lista de candidatos, un llavero para el que figuraron nombres como los de Carlos Bianchi, Ratomir Djukovic y Richard Páez, pero reuniones que sostuvo con Esquivel hace poco más de un mes lo acercaron al cargo, más allá de que luego se habló de la posibilidad de traer a un extranjero (Maradona o Dunga) y que finalmente fuera asistente técnico.
Pero, al parecer, la intención del ente federativo fue siempre inclinarse por la opción de Sanvicente. De hecho, el pacto fue cerrado semanas atrás, como lo anunció en su momento el periodista Daniel Chapela. Hubo acuerdo tras una reunión en Margarita, pero se postergó el anunció para no restarle impacto, debido a que en aquel momento se jugaba la Copa del Mundo.
Para Sanvicente la oportunidad de dirigir a la Vinotinto, camiseta que vistió como jugador, llega en su segundo intento. Años atrás, luego de la renuncia de Richard Páez, el de San Félix fue entrevistado por Esquivel, pero hubo diferencias entre las partes en aquel momento y la dirigencia optó por Farías.
Respaldado por los jugadores
En todo este tiempo que ha pasado desde la renuncia de Farías y la danza de nombres en busca de sus reemplazo, los jugadores del seleccionado vinotinto han dado su opinión y algunos, como el caso de Juan Arango, vieron con buenos ojos la posibilidad de la llegada de Sanvicente.
El guayanés tiene como carta de presentación sus números, las siete estrellas que ha logrado y la constante evolución que ha experimentado en su carrera como DT.
Con el Caracas tuvo una etapa de muchos éxitos, que incluyó una participación inolvidable en una Copa Libertadores al llegar a cuartos de final, pero sus logros más importantes llegaron en los últimos años con el Zamora.
En la oncena caraqueña disponía de una plantilla de lujo, además de importados con un altísimo nivel, pero en el club de Barinas se encargó con sus propias manos de construir un equipo campeón, sin chequera, ni nombres rutilantes, sino que apostando a la cantera.
Por eso, cuenta con el respaldo de los jugadores. “Ya lo he dicho antes. Si van a escoger a un director técnico venezolano, yo creo que el que tiene mejores condiciones, por resultados y por todo lo que ha hecho, es Chita (Sanvicente)”, decía Arango en una entrevista publicada por un diario deportivo de Caracas.
“Creo que es el técnico idóneo para dirigir a la selección, si van a elegir a un venezolano. Tiene los créditos suficientes”, agregó.
No es cualquier cosa la responsabilidad que asume Sanvicente. Recibe una selección con un listón alto, tras la llegada a semifinales en la Copa América de 2011, en Argentina, y la mejoría sostenida en eliminatorias para mundiales. Llega el guayanés para dar ese empujón final en el empeño por llegar a una Copa del Mundo.
En los dos últimos procesos, la selección criolla quedó a escasos puntos de los puestos de clasificación y el guayanés está obligado a rebasar esa frontera, de la mano de una generación de jugadores que ofrece talento, más allá de que el ciclo de Arango, por ejemplo, parece estar en el final.
Llega con esa expectativa y con esa misión: clasificar a un mundial. Es lo único que se le permite.