Hablar de la ética profesional y en especial de la ética del abogado, constituye un tema relevante, en un país donde la base fundamental de muchos de los problemas que nos aquejan tienen su fundamento en la falta de ética que se siente dentro de nuestra sociedad, en donde todos como ciudadanos sin excepción debemos ajustarnos a normas de conducta ineludibles que en el caso del ejercicio profesional del abogado, la deontología, viene a enaltecer el lado altruista y relevante de nuestra profesión, donde como abogados nos corresponde el inmenso compromiso de defender con sentido de responsabilidad y ética, los distintos intereses y valores sociales confrontados entre si, dentro de todo un orden, como lo son la libertad, el patrimonio y la honra, valores estos ante los cuales el abogado debe guardar silencio sobre aquellos asuntos que a un profesional del Derecho, le son confiados, Ángel Osorio, afirmaba: “La rectitud de la conciencia es mil veces mas importante que el tesoro de los conocimientos, primero es por ser bueno; luego por ser firme; después por ser prudente; la ilustración viene de cuarto lugar; así como la pericia es lo último”.
El abogado debe por su parte debe ser: 1. Un ser ejemplo viviente de todos los valores, con el orgullo de su profesión para cumplir su misión social, siendo el uno de los pilares esenciales para lograr la legalidad, la paz y la libertad, sin lo cual no hay sociedades civilizadas; 2. No jugar a dos aguas (prevaricación), siendo muy leal con su caso 3. Velar por una adecuada convivencia en la sociedad 4. Aceptar designaciones gratuitas donde sea útil como ciudadano en el ejercicio de la libertad; 5. No ejercer funciones incompatibles a su profesión; 6. No perder nunca su posición como ciudadano en la defensa de su fe por la libertad, afirmaba Couture: …“En cuanto a la fe en la libertad sin la cual no hay derecho, ni justica, ni paz… ella no requiere de explicaciones, entre los mandamientos del abogado; porque si este no tiene fe en la libertad que se ate una piedra al cuello y se lance al mar”. Parafraseando a Napoleón Bonaparte, a quien no le gustaban los abogados, reconocía que le temía más a la lengua de los abogados que a las bayonetas de sus enemigos, un abogado debe ser un líder social, para guiar los cambios.
En cuanto a nuestros recursos interpuestos ante los jueces y autoridades en general, estos deben siempre ser dirigidos con altura, respetuosos, ante la exigencia de un idioma tan rico como complejo ante el mandato del castellano, buscando siempre finalmente que se logre la justicia que se reclama.
En relación con nuestros clientes, el abogado debe siempre tratarlo con la verdad, sin crearles falsas expectativas, con honestidad, no atender en áreas del derecho para las cuales no estemos preparado, a no ser que se asocie, guardando siempre la confidencialidad, lealtad y manejo de la verdad ejemplar de su palabra como equivalente al honor. La moral del abogado existe en una recta conciencia universal que guía a todos los seres humanos hacia ese buen proceder universalmente aceptado afirmaba también el jurista Ángel Osorio “La abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia que es mil veces más importante que el tesoro de conocimientos” habida cuenta que “Un hombre sin conciencia moral es una nave sin timón” reflexión esta que también argumentaba el Dr. Cardozo. Manifiesto, un reconocimiento especial a mi amigo, el abogado Dr. Argenis Román, quien recientemente cumplió cien años de vida, ejemplo viviente de lo que significa ser un virtuoso ciudadano y abogado ejemplar.
La etica, la justicia y el derecho
-
- Publicidad -
- Publicidad -
Más leido hoy
Colombia planea exportar energía eléctrica a Ecuador tras cubrir su demanda doméstica #14Nov
Colombia planea reactivar la exportación de electricidad a Ecuador con una resolución que modifica la restricción, pero que condiciona a que sean usados excedentes de energía luego de cubrir la demanda nacional
- Publicidad -
Debes leer
- Publicidad -
- Publicidad -