Fabrican el primer marcapasos biológico

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Puede ser el paso definitivo para fabricar el marcapasos biológico que termine por sustituir al tradicional aparato. Cardiólogos del Instituto del Corazón Cedars-Sinai (EE.UU.) han desarrollado una terapia génica mínima que reprograma las células del corazón no especializadas en células que actúan como un ‘marcapasos biológico’ que mantienen el corazón latiendo de manera constante. Aunque la investigación se ha realizado en cerdos, los investigadores reconocieron en rueda de prensa que su paso a los humanos está «mucho más cerca de los que pensábamos».

La investigación, que se publica en «Science Translational Medicine», es el resultado de más de una docena de años de trabajo tratando de diseñar desarrollar tratamientos biológicos para los pacientes con trastornos del ritmo cardíaco, que actualmente son tratados con el implante de un marcapasos.

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Por vez primera, explicó Eduardo Marbán, director del Instituto del Corazón Cedars-Sinai, «hemos fabricado un marcapasos biológico utilizando métodos mínimamente invasivos y hemos demostrado que funciona». Además, señaló, hemos sido los primeros «en reprogramar una célula del corazón en un animal vivo con el fin de curar una enfermedad». Según Marbán, estos resultados podrían conducir a la realización de ensayos clínicos en pacientes con trastornos del ritmo cardíaco con un marcapasos implantado pero que tienen efectos secundarios, como la infección de los cables que conectan el dispositivo al corazón de los marcapasos implantados.

«Es un gran noticia», dice a ABC Francisco Ruiz Mateas, Presidente de laSección de Estimulación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología, aunque reconoce que pasarán todavía años hasta que se pueda aplicar en pacientes. El experto español explica que existen dos indicaciones claras para que se implante un marcapasos: pacientes con enfermedad del nodo sinusal, especialmente personas mayores y que constituyen «el 50% de los marcapasos implantados», o pacientes con bloqueo auriculoventricular.

Lo que se ha logrado en este trabajo, explica Marbán, es tratar el bloqueo auriculoventricular en un modelo de corazón de cerdo. Los primeros resultados se publicaron en 2012 en «Nature Biotechnology». Para ello, se inyectó en la células musculares del corazón -hay miles de millones en el corazón humano- el gen TBX18 a través de un procedimiento de catéter mínimamente invasivo. A través de esta terapia génica, señala Marbán, se pretendía reprogramar dichas células para que se convirtieran en células nodo sinusales o células que emiten impulsos eléctricos rítmicos para controlar los latidos del corazón. Transcurridos dos días, los investigadores vieron el gen se había ‘entregado’ en el corazón de los animales y que el marcapasos biológicos había sido capaz de restaurar el ritmo cardíaco normal en los cerdos.

Marbán detalla que el gen se insertó en un región muy pequeña del corazón y muy especializada llamada nodo sinusal que normalmente inicia el latido del corazón como un metrónomo. «La excitación se propaga desde el nodo sinusal en el resto del corazón y permite a los cámaras musculares bombear la sangre por todo el cuerpo». Y si no funciona correctamente esta zona, afirma, «el corazón no late o lo hace muy lentamente, lo que causa mareos o incluso paro cardíaco.

El enfoque combina la terapia génica con los descubrimientos del Pemio Nobel Yamanaka sobre reprogramación celular. «El gen TBX18 funciona mediante la conversión de un tipo de célula a otro en un proceso conocido como ‘reprogramación somática’, a través del cual se reprograman las células para que puedan convertirse en cualquier tipo de célula». En esta ocasión, explica Marbán, «sólo hemos necesitado un único gen, ser suficiente cuando los dos tipos de células están estrechamente relacionadas».

Para Ruiz Mateas, del Hospital Costa del Sol de Marbella, el enfoque es muy «atractivo», aunque planeta algunas consideraciones: «la terapia génica pueda plantear problemas de respuesta inmune y también conlleva riesgos por el uso de los vectores virales para administrar los genes, además de los problemas éticos para algunas personas». Pero en cualquier caso es un «avance significativo» porque el corazón del cerdo es lo más parecido al del ser humano.

Medicina fetal

En cuanto a las posible indicaciones, los investigadores se plantean dos escenarios: pacientes portadores de un marcapasos pero que han desarrolaldo una infección, «algo poco frecuente», reconoce el experto español, y que están a la espera de un nuevo marcapasos, y para los bebés nacen con bloqueo cardiaco congénito. Según Eugenio Cingolani, director de Cardiogenetics, «los bebés no pueden recibir un marcapasos en el vientre materno, pero esperamos trabajar con especialistas en medicina fetal para crear un tratamiento basado en un catéter de salvamento para los bebés diagnosticados con bloqueo cardíaco congénito. Es posible que un día, podríamos ser capaces de salvar vidas con una inyección de genes».

Algunos expertos creen que este trabajo anuncia una nueva era de la terapia génica, en la que los genes se utilizan no sólo para corregir un trastorno de deficiencia, «sino para convertir un tipo de célula a otro tipo», señala Shlomo Melmed, del Cedars-Sinai.

¿Solución definitiva?

«Al principio, pensamos que los marcapasos biológicos podrían ser una terapia puente temporal para los pacientes que tenían una infección en el área de marcapasos implantado -afirma Marbán-. Pero losresultados nos muestran que con más investigación, podríamos ser capaces de desarrollar un tratamiento biológico de larga duración para los pacientes». Si la investigación futura es exitosa, Marbán, cree que el procedimiento podría estar listo para los estudios clínicos en humanos en tres años.

Menos optimista es Ruiz Mateas quien cree que, aunque la noticia es muy importante, tienen que demostrar que es más eficaz y seguro que lo que hay hoy día, «y los marcapasos llevan 60 años demostrando que son un tratamiento que resuleve eficazmente un problema». Sin embargo, una solución definitiva a las arritmias supondría también un importante ahorro:el coste de un marcapasos oscila eentre los 1.500 y 5.000 euros, «dependiendo de las necesidades del paciente». A ello hay que sumar los costes del procedimiento.

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